Falsamente acusado de robar la caja de Fort Jackson y de matar al comandante, el sargento Anthony Garret (Wyler) es condenado a la horca de la que escapa con la ayuda de un sacerdote que cree en su inocencia: "Tengo mi conciencia y, sobre todo, mi ley". Adopta a partir de ahora la personalidad Kid Radler (serpiente cascabel) y se dedica a perseguir y matar a los responsables de su desgracia.
Los tres primeros los despacha pronto sin que sepamos muy bien cómo da con ellos. Del cuarto y último, el cerebro del asalto, nada sabe. Mientras tanto se dedica a la delincuencia creciendo la recompensa que por él piden hasta los 10.000 dólares. Nada menos. Sigue spoiler.
Cinta floja, con una interpretación solo regular, abundante en personajes con nombres demasiado tópicos: John, Kid, Tom, Alex, Feff, Helen, Bill, Jill, Rex ..., donde lo más interesante es la figura del maestro de infancia y el positivo ascendiente que ejerce sobre su antiguo discípulo.
Como el médico de Áquila muere tiroteado mientas atendía a dos heridos, hay que llamar al Dr. Sheiler que se halla a 30 millas de distancia, pero que todavía llega a tiempo para extraer con el bisturí la bala que recibe el maestro, una vez bien desinfectada la herida con algodón y alcohol.