Media votos
8,1
Votos
104
Críticas
5
Listas
22
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Luis Carlos:
7
5,8
16.415
Thriller. Drama
El matrimonio de Edward (Richard Gere) y Connie Sumner (Diane Lane) parece ir bien: tienen un hijo, dinero, posición y una bonita casa en un barrio residencial de las afueras de Nueva York. Pero un día, en Manhattan, Connie conoce a Paul (Olivier Martinez), un joven y atractivo coleccionista de libros de origen francés, con el que comienza una apasionada relación extramatrimonial. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2006
35 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película que empezó siendo una muestra de espléndido erotismo, se convierte al final en una historia policiaca más de intriga, muerte y violencia, muy al estilo americano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
No cabe duda de que hay actrices que con el tiempo adquieren un sex appeal especial, de modo que con su sola presencia, llenan la pantalla. Es el caso de Diane Lane, quien entrada en los cuarenta y tantos, da lecciones de elegante sensualidad, provocación y belleza a cualquier mujer joven. Tal estampa de mujer, unida a una exquisita banda sonora y una eficaz entrada ambiental, adquieren toque de maestría conforme avanza la atrayente historia que surge, inopinadamente, entre esta mujer, casada y con un hijo más tonto que simpático, y un joven librero, sofisticado y libre por condición y circunstancia. Pero esta línea impecable se quiebra a partir del momento en que el esposo de ella, Richard Gere, descubre la infedelidad y decide ir al encuentro con su adversario. En una plática entre surrealista y cómica, mata por el efecto del alcohol a su rival. A partir de ese momento, el atinado deslizamiento erótico que ha tenido la película hasta ahí, se torna en un insufrible hato de inverosimilitudes y equívocos por parte del guionista, Claude Chabrol, hasta el final de la película. El manejo psicológico de los personajes se va diluyendo hasta convertirlos en seres anodinos y acomadaticios. ¿Por qué el cine americano no podrá entender que la vida, para tornarse interesante o digna de contarse, no necesariamente debe terminar con hechos de sangre o muerte? Es una lástima, iba tan bien la película...