Hace ya un tiempo que descubrí a Satoshi Kon con su magnífica ópera prima 'Perfect Blue' y sus posteriores trabajos me confirmaron que era uno de los directores japoneses con más talento de la actualidad al cual le esperaba un futuro brllante... que se truncó trágicamente en Agosto de 2010 cuando falleció repentinamente a causa de un cáncer de páncreas con tan solo 47 años de edad.

Pues bien, en esta su segunda película (de las 4 que nos deja más una póstuma que se estrenará en Japón en este 2011), Kon alcanzaba ya grandes cotas de genialidad haciendo de 'Millennium Actress' un film referente por su originalidad, su argumento, su forma de contarlo y todo un compendio de referencias culturales y cinematográficas a la altura de los más grandes directores pero partiendo siempre de un lenguaje propio que hizo del trabajo del cineasta nipón único en su especie.

Olvidaros de todos los tópicos del anime y tendréis ante vosotros esta auténtica joya de la animación que es ante todo un canto al cine.

'Millenium actress' cuenta la historia de Chiyoko Fujiwara, una actriz del pasado que a sus 70 años vive desde hace 30 retirada del mundo del espectáculo. Un realizador ferviente admirador suyo, Genya Tachibana, decide hacer un documental sobre ella, y junto a un joven operador de cámara se desplazan a la residencia de Chiyoko para hacerle una entrevista.

Allí, a través de los recuerdos de sus películas y en un relato donde realidad y ficción son una misma cosa (seña de identidad inconfundible de Satoshi Kon) se va reconstruyendo una historia sobre un amor perdido de la juventud de Chiyoko.

La película nos va llevando en volandas en una constante oda al cine, especialmente al japonés pero también al occidental, por la historia de esta actriz, una historia puede que real o puede que ficticia, puesto que se cuenta a través de las películas que protagonizó: Desde las viejas historias clásicas de samurais hasta la futurista ciencia-ficción espacial.

Espléndida en su guión y ejecución, tanto planos como homenajes nos refieren constantemente a los grandes del cine: Kurosawa, Kubrick, Godard... Y a la vez es un relato que cuenta indirectamente la realidad de un país como Japón que sufrió profundas transformaciones en el siglo XX.

En el trasfondo de la historia palpita el sentimiento de una realidad irreal que se concreta en un amor que mueve a la protagonista durante toda su vida anclada a una vieja llave, pero un amor que puede que solo sea una excusa para perseguir lo inalcanzable.

Termino en "spoiler" por falta de espacio, aunque no desvelo nada de la trama.