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Voto de Isaac Paskual:
6
Drama. Comedia Joy Mangano, una humilde trabajadora de Long Island, acabó convirtiéndose en una popular inventora de productos del hogar y también en uno de los rostros más conocidos de la teletienda americana. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2019
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Nunca he sido un gran defensor de David O. Russell. Nuestra relación es tibia, y punto. Y he de decir que “Joy” no será la cinta que me haga cambiar de bando.
Joy es una sufrida madre de familia que soporta sobre sus hombros demasiado peso. Unos padres siempre a la gresca, dos hijos, un ex-marido que se niega a marcharse de casa, y una hermanastra con la que mantiene tensa relación. Pero Joy no sabe que está a punto de convertirse en una de las reinas de la televenta, gracias a un invento revolucionario para el hogar que será el primero de muchos.
Con este planteamiento de sitcom David O. Russell desarrolla un film en el que, de forma tosca, el sueño americano y el empoderamiento femenino en tiempos adversos se abrazan, para dotar de carga este biopic en el que el cineasta de New York usa el mismo molde que lleva usando durante la última década.
Si repasamos la filmografía reciente de O. Russell comprobaremos que todos sus trabajos están cortados por el mismo patrón. Un personaje central que va variando, rodeado por una familia peculiar, enclavado todo en un marco llamativo que también va variando, y todo ello con evidente tono de dramedia. Pero lo fácil es rajar del molde de Marvel y compañía.
En “The fighter” (2010) prota y familia en el mundo del boxeo, en “El lado bueno de las cosas” (2012) prota y familia con las enfermedades mentales de fondo, en “La gran estafa americana” (2013) protas y familia (entre comillas) en la política, y ahora en “Joy” prota y familia en la televenta. Lo malo de los moldes, al margen de depender en exclusividad del marco, es que, a medida que pasa el tiempo y te los vas conociendo, cada vez te funcionan menos. Y ya ni te cuento si de buenas a primeras no conectas con ellos, entonces todo va cuesta abajo. Dentro de ese molde “Joy” no resulta mala película, pero no llega al nivel de mi favorita, “El lado bueno de las cosas”.
Como realizador David O. Russell nunca me ha parecido gran cosa, y en “Joy” no varía el asunto. Conectar con el tono de sus films es relativamente sencillo, y eso los hace cómodos de ver. Pero no hay que confundir algo cómodo con algo bueno. La dirección de actores es en realidad la única virtud que destaco de O. Russell, y aquí sigue funcionando.
En definitiva, la cadena de montaje David O. Russell sigue funcionando, y “Joy” es lo último que ha salido.
Isaac Paskual
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