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Voto de Isaac Paskual:
4
Terror. Thriller Greta (Lauren Cohan) es una joven americana que acepta trabajar como niñera en Inglaterra huyendo de su pasado. Para su sorpresa, el niño al que tiene que cuidar es un muñeco a tamaño real. Además, en el cumplimiento de su trabajo tiene que seguir unas reglas muy estrictas. Cuando se queda sola, Greta desobedece las normas, lo que desencadena una serie de eventos perturbadores que la llevan a convencerse de que el muñeco podría estar vivo. (FILMAFFINITY) [+]
17 de junio de 2019
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Que estupenda resulta “The boy” cuando, durante su clímax final, abraza sin pudor “El sótano del miedo” (Wes Craven, 1991). Y que pereza cuando, durante el resto del tiempo, se contagia sin vergüenza de la primera "Annabelle" (John R. Leonetti, 2014). Por desgracia, ese soplo de aire fresco del último acto llega demasiado tarde, ya sin tiempo material para arreglar el desaguisado que es la cinta. William Brent Bell nos entrega un infame telefilm vespertino, completamente inefectivo como cinta de terror a pesar de poseer una interesante semilla y un fondo de armario seductor, muy a lo Nicholas McCarthy en “El pacto” (2012), con el incomodo peso de la herencia familiar como hilo conductor.
Greta es una joven que, huyendo de su pasado, recala en una antigua, apartada y enorme mansión inglesa para hacer de niñera. Lo que no sabe aún es que Brahms, el crío al que debe cuidar, es en realidad un muñeco.
Como podrán comprobar, la base de “The boy” es un absoluta delicia bizarra que, llevada por los cauces correctos y siendo dotada de un tono acorde a lo ilógico pero perturbador de su planteamiento, podría haber sido un absoluto placer. El problema es que William Brent Bell y el guionista nunca hacen nada de lo anterior.
“The boy”, en vez de entregarse a la causa del absurdo, opta por tomarse demasiado extrañamente en serio a si misma. A esa falsa magnanimidad hay que sumarle los continuos esfuerzos que hace la cinta por ser más un telefilm romántico de redención que una cinta de terror. No hay atmósfera, cosa que se pintaba de maravillas. No hay un solo jumpscare efectivo. Narrativamente, a excepción del plot twist final, todo es bastante previsible. En fin, que se les va de las manos el asunto.
Es evidente que en “The boy” William Brent Bell ha jugado a ser una mezcla entre James Wan y el antes citado McCarthy, pero el tiro le ha salido por la culata.
En definitiva, planteamiento y recta final son lo más salvable de “The boy”. Todo lo del medio es un absoluto desperdicio que condena la película.
Isaac Paskual
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