Esta miniserie no hace mas que recordarnos algo que ya sabíamos: la televisión está generando mejores productos que la mismísima industria del cine. Y sólo tenemos que comparar esta miniserie con la fallida, desde mi punto de vista, película del Che. Y es que los 2 productos tienen varias semejanzas: son biográficas y tienen más o menos la misma duración. Y la diferencia entre ambas es mucha, a favor de Saddam. House of Saddam es muy recomendable, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. La estructura de la miniserie en 4 capítulos y cada uno en una etapa de la vida del dictador es un acierto. El reparto es poco más que espectacular, con un actor principal soberbio.

En definitiva, miniseries como ésta o la magnífica Generation kill no hacen más que engrandecer las producciones televisivas y hacer más evidentes la mediocridad de las películas que aparecen en la gran pantalla.