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Santo Tomé y Príncipe Santo Tomé y Príncipe · Villacanicas del Hoyo
Voto de McCunninghum:
5
Ciencia ficción. Western En 1873, en el viejo Oeste, los colonos y los indios se enfrentan en una batalla salvaje por el control de las tierras. Pero cuando la Tierra se ve amenazada por seres de otro planeta, ambos bandos deberán colaborar para salvar a la humanidad. (FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
“Recurren al miedo como su principio movilizador fundamental: miedo a los inmigrantes, miedo al crimen, miedo a la impía depravación sexual, miedo al propio Estado excesivo, miedo a la catástrofe ecológica, miedo al acoso. (…) Semejante (post)política se basa siempre en la manipulación de un ochlos paranoico: la alarmante reunión de hombres y mujeres alarmados.”(2)

En Cowboys & Aliens, Jon Favreau extenúa un chiste con cierta gracia hasta límites insospechados. Sumándose a la tendencia invertido-capitalista del renacimiento del oeste como espacio simbólico habitable (tendencia en la que Favreau inserta su película más cerca de, pongamos por caso, Se buscan vivos o no muertos (Undead or Alive, Glasgow Phillips, 2007, película que aúna cowboys y zombies) que de Appaloosa (Ed Harris, 2008), más cerca de Rápida y mortal (The Quick and the Dead, Sam Raimi, 1995) que de Sin perdón (Unforgiven, Clint Eastwood, 1992)), Favreau aporta su granito de arena al desierto haciendo un scratch entre vaqueros y alienígenas. Monta un western pseudofuturista e hiperserio en la primera mitad del filme, antes de la &, con Harrison Ford y Daniel Craig en los papeles de antagonistas. Indiana Jones el propietario xenófobo, James Bond el extraño amenazante. Western más bien soporífero sobre la frágil comunidad de un pueblo gobernado con mano despótica y autoritaria, la película torna en su segunda parte un despropósito de in-acción anticlimática, con la única curiosidad de ver una nave espacial plantada en mitad del desierto, unos aliens con forma de langosta veloz (como si los bichos de District 9 (Neill Blomkamp, 2009) se hubieran inyectado dopamina) y presenciar la incapacidad de Ford/Jones para correr y/o trotar.
Film periclitado de forma obsesiva hacia una teoría de la construcción y la cohesión social a lo Carl Schmitt o Samuel Huntington: la necesidad de un otro/enemigo para la correcta conformación del tejido comunitario, Cowboys & Aliens deja pronto de ser un entretenimiento en el salvaje oeste (para ello, mejor seguir las andanzas del lagarto Rango (Gore Verbinski, 2011)) y pasa a ser un panfleto xenófobo virulento con aspavientos de producto cultural trash deluxe en dos movimientos: en el primero, un pueblo ve puesta en entredicho su armonía por la aparición del alien1 –el extranjero-; en el segundo, el pueblo repondrá su armonía al deshacerse juntos, incluido el extraño, de la invasión del alien2 –los iracundos insectos extraterrestres-. Los valores que establecen el origen de la comunidad son la desconfianza hacia el otro cercano, su inclusión imperativa, y la extinción del otro lejano, en un proceso con dos momentos que ilustra la tesis de Zizek del consuetudinario “ochlos paranoico”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
McCunninghum
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