No entiendo el por qué de tantísimas críticas excelentes y subidas de tono a esta película que se deja la coherencia y el argumento olvidados en el baúl de los recuerdos en la creencia de que el popurrí de superhéroes por sí sólo va a salvar los muebles. La primera parte de la película se hace cargante y algo pesada por el sinsentido de situaciones inconexas entre los diferentes personajes, el poco talento de la mayoría de ellos, y la grandísima superficialidad de los diálogos. Es un no parar de frases de tres y exclusivamente tres tipos: frases hablando sobre materiales extraños y física superavanzada como si todos fuesen genios; frases lapidarias que pretenden hacer quedar a los personajes como si fuesen los más malotes del planeta; y una infinidad de gracietas entre los personajes que acaban por hacer todo muy predecible y extremadamente cansina. La segunda parte de la película da paso a un gigantesco maremágnum de de efectos especiales donde los personajes son lo más irrelevante, todos reparten skill de una manera brutalmente exagerada, es casi una competición por ver cuál de ellos es capaz de matar más gente y quedar de macho alfa del grupo. Esta segunda parte de la película se hace más llevadera.

No obstante, la película en general intenta ser tremendamente épica y se queda en un aborto de película de acción del montón, donde las frases graciosas intentan pasar por ingeniosas, y el argumento se pierde entre tanta banalidad y superficialidad, quedándose en un crossover bastante regular, donde el hecho de juntar a todos los superhéroes no ha resultado demasiado acertado. Aún así, y pese a que los efectos digitales extenúan hasta dar arcadas, son mucho más que salvables, y hay un plano secuencia (digital, por supesto) de todos los héroes que está bastante bien enmarcado. Dentro de todas las gracietas, unas lo son más que otras, pero la palma se la lleva Hulk, que en las 3 o 4 que tiene resulta mucho más gracioso y simpático que Iron Man, que por otra parte es el más previsible de todos.
Muy poca cosa salvable en una película más cercana al despropósito que a la gloria