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España España · Madrid
Voto de Laura_17:
5
Drama En 2001, Billy Beane (Brad Pitt), director general de los Atléticos de Oakland (béisbol), se hizo famoso al conseguir grandes éxitos por medio del método "Moneyball", programa que consiste en construir un equipo competitivo con menos recursos económicos que la mayoría de los equipos de las Grandes Ligas y empleando métodos estadísticos por ordenador para coordinar a los jugadores. (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2012
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una buena acogida entre la crítica y seis candidaturas al Oscar, Moneyball es la adaptación de un libro de Michael Lewis, basado en hechos reales, y cuenta la historia de un director general de un equipo de béisbol que se hizo famoso por conseguir grandes éxitos empleando métodos estadísticos por ordenador para organizar a sus jugadores, con unos recursos económicos inferiores a la mayoría de equipos de las Grandes Ligas.

Nos encontramos frente a una película bastante normalita, que bien podría pasar como un telefilme de laaarga duración. ¿Qué narices me importa la historia familiar de Billy? ¿O las que prolongan el tiempo en pantalla de jugadores que van a durar un suspiro? Por no hablar de todas en las que Brad Pitt sale conduciendo...

Pero a pesar de la excesiva duración, el gran problema de la cinta es que no emociona. Hace exactamente dos años, podíamos ver una buena e infravalorada película en la que el deporte era uno de sus protagonistas, en ese caso fue el rugby. Su otro protagonista era Nelson Mandela, y con él el racismo. En Moneyball podemos decir que el segundo protagonista es ese complicado juego que es la vida. La película de Eastwood sí que emocionaba, no hacía falta que te gustara el rugby o que supieses sus reglas, con la mirada de Morgan Freeman visionando el partido era suficiente. Tanto en Invictus como en Moneyball conocíamos el final, pero sólo una emocionaba.

Más allá de que en Moneyball apenas veamos los partidos, está el hecho de que el béisbol es un coñazo. Me da igual que el entrenador sea Robert Redford (El mejor), Tom Hanks (Ellas dan el golpe), Kevin Costner (Campo de sueños) o que batee Tim Robbins (Los Búfalos de Durham; con Costner de nuevo). El béisbol no apasiona, a menos que seas un super-fan yanqui de este deporte, claro está. El personaje de Pitt en la película dice que “es imposible no enamorarse del béisbol”, pero lo cierto es que este deporte –al menos en el cine- no solo no enamora, sino que aburre.

Así pues, lo mejor de la película resulta ser la parte analítica, concretamente cuando Pitt y ese interesante secundario en el que se convierte Jonah Hill empiezan a formar su equipo. Lo malo es que una vez está formada la plantilla y hay cambios tras los fracasos, resulta verdaderamente tediosa (a eso de la mitad del metraje), con la salvedad de un par de escenas y las amenas intervenciones de Hill.

Una de las cosas que no me quedan claras es el motivo de la nominación al Oscar de Brad Pitt, no sé si es por liarse a hostias con todo lo que tiene a mano, por hacer ejercicio o por conducir en un aluvión de escenas que nos dejan claro lo guapo que es y que no falla en su interpretación... Pero tampoco deslumbra.

A favor de ella, hay que destacar la acertada pero breve intervención de Philip Seymour Hoffman y al ya mencionado Jonah Hill, además de una buena banda sonora, pero no creo que sea una de las mejores películas del año.
Laura_17
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