Haz click aquí para copiar la URL
España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
9
Drama Cleo (Yalitza Aparicio) es la joven sirvienta de una familia que vive en la Colonia Roma, barrio de clase media-alta de Ciudad de México. En esta carta de amor a las mujeres que lo criaron, Cuarón se inspira en su propia infancia para pintar un retrato realista y emotivo de los conflictos domésticos y las jerarquías sociales durante la agitación política de la década de los 70. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2019
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tenía previsto escribir un comentario acerca de “Roma”, de Alfonso Cuarón. Hubiera sido innecesario nombrar su director, pero era para diferenciarlas de las otras “Roma” que existen, aunque menos célebres al menos en estos momentos, como la de Aristarain o Fellini, por ejemplo. Con la cantidad de críticas y comentarios que a fecha de hoy ya existen no pensé que hiciera falta. Pero ha sido al leer, no con algunas que coincido, si no con memeces que han escrito los más lerdos, lo que me ha impulsado. Me llama la atención que en un foro de supuestos cinéfilos algunos digan que si es “aburrida, snob, innecesaria, estéticamente bonita pero hueca...”. Por muy duro que resulte, estos seres consumirán películas o series, pero de cinefilia tienen muy poco, no ya de sensibilidad, que eso ya poco importa, pero de cine están absolutamente pegados, de ahí sus gustos “chonis” y sus argumentos, los pocos que los han dado, absolutamente ridículos. Esto, sumado a la lamentable exhibición que se le ha dispensado en España, creo que han merecido que hable de ello.


En España la mayoría de las salas las llevan cuatro monos y medio que, en su mayoría, decidieron boicotear “Roma” por ser un producto Netflix que iba a ser emitida en breve en su plataforma. Miopes paletos. Piensan que ni siquiera haber dedicado una sala para su explotación en muchas ciudades y el proyectar en tres o en cuatro el típico ñordo “hollywoodiense”, eso, ¿les habría compensado en taquilla? ¿Piensan que no había un público que hubiera acudido a verla? ¿En un futuro, sea Scorsese o a quien le toque con estas plataformas, piensan seguir evitando el proyectarlas? Es un error, pero perderán ellos, ya que su calidad no queda en entredicho. Las grandes películas perdurarán en el tiempo y la basura que han proyectado pronto se le olvidará a los que hayan pagado por verlas. Y que tengan claro estos exhibidores que van de listillos que el cinéfilo nunca pagará por ver basura. Incluso si “repescaran” clásicos para proyectarlos en cine se asombrarían de la afluencia, pero ese es otro tema. Y ahora hablemos de “Roma”, película que está conquistando muchos premios con toda la justicia del mundo, mucho más teniendo como contrincantes, en su mayoría, subproductos meramente comerciales. De ahí que fuera premiada en Venecia con el León de oro, que es donde empezó su brillante carrera.


“Roma” recupera un cine de “autor” que muy pocos en la actualidad son capaces de rodar, porque aunque alguno lo pretenda de forma gratuita, hay que valer para ello. Más que una lección, lo he vivido como un canto al cine y es también una lección de vida: sutil, modesta, íntima y vital. Como el cine que Cuarón ha visto a lo largo de su vida y le ha fascinado. Como él mismo ha confesado, muchas de ellas no las ha podido ver en una sala de cine, por eso el poder ver “Roma” en pantalla grande también es un privilegio, no ya por su formato espacial, si no también por el extraordinario trabajo que Cuarón hace de su fotografía, en blanco y negro, rica en matices y con unos movimientos de cámara a veces líricos, cuando toca, porque sus planos estáticos logran también el objetivo que pretende en ese momento, y que en el spoiler comentaremos.


Cuarón ha hecho su proyecto más personal, y quizás, el más logrado de su carrera, y eso que a mí hay varios títulos de Cuarón que me gustan mucho, sean también personales o pertenecientes a un cine más comercial. De hecho en esta ocasión él dirige, escribe, produce, se encarga de la fotografía y del montaje. Sale absolutamente airoso de semejante proeza.


Sus actores están estupendos, absolutamente todos componen con acierto el universo familiar, de amigos, la entrañable abuela o el servicio, protagonistas de la historia, especialmente la entrañable Cleo que encarna Yalitza Aparicio que da ejemplo de lo que es “vivir” una propuesta con un personaje que posiblemente entendió a la primera de cambio, sin nociones de interpretación pero con mucha verdad, que eso es fundamental. El hecho de que, según dicen, Cuarón permitiera cierta improvisación a sus actores en alguna que otra escena no es signo de un trabajo previo mal hecho. Es justo lo contrario, de una confianza absoluta que ojalá existiera en todos los rodajes y que sólo los grandes se atreven a hacer, sobre todo cuando confían en ellos mismos y en su equipo.


Hay muchos homenajes al cine, a esas tardes ya perdidas en el tiempo y que jamás se volverán a recuperar, a esa infancia preñada de amor, sea de manera palpable a través de las vivencias o casi imperceptible, utilizando las canciones que suenan o presenciando esa cotidianidad en las tareas domésticas, como la escena que abre la película, ese mar con espuma que forma en el patio al limpiar esa caca de perro casi perenne en el suelo. Y ese es uno de sus más difíciles y evidentes logros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maggie Smee
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow