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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
9
Drama Enrique VIII de Inglaterra (1509-1547), casado con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, se encapricha de Ana Bolena, una dama de la Corte, y decide casarse con ella. Pero, como el Papa no accede a concederle el divorcio, rompe con la Iglesia de Roma y crea la Iglesia Anglicana (Acta de Supremacía de 1534), convirtiéndose así en la suprema autoridad eclesiástica de Inglaterra. Años después, el rey acusa a Ana de alta traición ... [+]
3 de enero de 2012
26 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay proyectos que parece que se engendran con el fin de barrer en los Oscars. Y este es un ejemplo. Resulta muy interesante, a la par de divertido si se tiene un sentido del humor socarrón, leer las anécdotas que cuenta Richard Burton en su biografía acerca del rodaje de “Ana de los mil días”: que si su productor asediaba a su protagonista femenina, la cual rompió su contrato para protagonizar “María, Reina de Escocia” metiéndose en un grave problema judicial con la Universal, los deslices amorosos de Burton con Geneviéve Bujold, la aparición de Elizabeth Taylor en el rodaje presenciando las escenas más difíciles y que a Burton más le preocupaban (como la célebre “del torreón”), enervando el carácter del actor. De premio, Taylor hasta obsequió al productor con un cameo enmascarado… Al terminar el rodaje (y el romance) fue cuando Burton pidió perdón a Taylor regalándole el famoso collar de diamantes que ella misma promocionó en prensa (valorado en millón y medio de dólares) y que lució en los Oscars cuando anunció la mejor película de 1969. Y es que el punto fuerte de “Ana de los mil días” sin duda son sus trabajos de intepretación. Un magnífico plantel de actores dan vida a los personajes, bien definidos, en ocasiones con excelentes diálogos en un guión fiel que al menos no ultraja a la Historia. Todos ellos están fantásticos, y en especial el duelo del dúo protagonista, Richard Burton, en uno de sus trabajos más logrados y en una de las mejores encarnaciones que se han hecho de Enrique VIII para el cine. A su lado Geneviéve Bujold como Ana Bolena, (que supuso su lanzamiento internacional) logra una interpretación de las que hacen historia, absolutamente memorable. Ambos podían haber sido los ganadores del Oscar de ese año, pero Burton fue castigado una vez más y se premió injustamente al peor de los candidatos, a John Wayne, como él reconoció: “Me han dado un Oscar por ponerme un parche”. En cuanto a Bujold, de gran personalidad y versatilidad, (venía precedida de cierto respeto al haber protagonizado una versión teatral televisiva haciendo de Juana de Arco), en una entrevista a Variety, daba su particular opinión sobre Hollywood y le restaron posibilidades para conseguir el Oscar. La película cuenta con una buena fotografía, una hermosa banda sonora que también fue nominada (ese año Delerue compone otra maravilla de banda sonora para la magnífica “Paseo por el amor y la muerte”) y un excelente vestuario que obtuvo el único Oscar para los diez a los que estaba nominada. Cine histórico muy bien realizado, que muchos miran con cierta reticencia porque hay mucha paja que se ha colado en el género, pero que resuelve bien su novato director que debutó con esta, su más interesante película. Luego Jarrott fue perdiendo interés, aunque sea el responsable de uno de los musicales digno de ser visto por ser uno de los más inauditos y demenciales que se han rodado, “Horizontes perdidos”, aunque eso es otra historia.
Maggie Smee
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