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Voto de Francisco Javier Millan:
9
Comedia. Drama La joven dueña de un exitoso negocio online dedicado a la moda acepta a regañadientes que la compañía contrate, como parte de un programa laboral, a un hombre de setenta años como becario senior. Sin embargo, poco a poco irá dándose cuenta de lo indispensable que puede volverse para la empresa. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2015
46 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi actual vida laboral es un auténtico desastre. Lo digo claro y alto. Un desastre provocado principalmente por la gente “tóxica” que me he ido encontrando por el camino. Algunos me dirán que son las dificultades del día a día, pero no estoy de acuerdo.
Tengo que tratar habitualmente con CEOs, con Executive Directors de no sé qué, y con un sinfín de personajes variopintos que han preferido machacar nuestro lenguaje, refugiándose en siglas anglosajonas que ni ellos mismos saben que significan. Y ya ni os cuento cuando hablo con los “coworkings” y “startups” y otras sandeces.
Llamadme clásico, carca, lo que queráis, pero aún creo que hay esperanza para los que pensamos en clave tradicional. Unas formas donde lo más importante es el saber hacer, las buenas intenciones y el trabajo que influye en positivo para los demás y en ti mismo.
Una utopía en la que se introduce la nueva película de Nancy Meyers. Una cinta aparentemente simple y comercial, que encierra un mensaje amable muy necesario en un mundo, donde los “grises” se han adueñado del mercado laboral.
Meyers tiene una imagen muy agradable y sencilla de nuestro entorno. Su cine parte de la discreción, pero se introduce de una manera asombrosa en el alma del espectador.
Es también un canto de esperanza para la gente mayor. La simple idea de un jubilado trabajando como un becario en una empresa de venta por internet, podría a priori resultar ligera e intrascendente. Pero en manos de esta directora, es todo lo contrario.
La relación que se crea entre los dos protagonistas va creciendo en la pantalla, de la misma manera que lo hace en tu interior. Estamos ante uno de los desarrollos personales más humanos de todo el año. Una amistad que nace de la duda y del abismo generacional, que termina volviéndose inseparable.
No es descabellado anunciar, estar presentes ante una de las mejores interpretaciones de Robert DeNiro de los últimos años. Un actor condenado a la comedia innecesaria, que al fin logra un papel a la altura del símbolo que representa para muchos espectadores.
Su personaje denota bondad, reflexión, y una constante necesidad de ayudar a los demás en todos los niveles. En definitiva, seguir sintiéndose útil.
Cuando una película logra mover algo dentro y te hace salir del cine con una inyección de positivismo, es que sin duda hay detrás de ella una gran maestría en su creación.
Mientras tanto los tóxicos nos seguirán diciendo, que esta clase de historias son para débiles e ilusos. Pues prefiero ser así, y no vender mi corazón a una vida gris y sin pasión.
Francisco Javier Millan
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