¡Ay, si Roddy McDowall levantara la cabeza! Tantas horas de maquillaje y caracterización para convertirse en Cornelius y sin embargo seguía pareciéndose a Roddy y ahora cada pelo, cada célula de Caesar esta digitalizado y renderizado, uno por uno hasta la saciedad mas fidedigna, para parecerse a un actor.

Porque esta estrenada precuela, pretende ahondar en los personajes y en su germinal motivo de la causa de todo. No decepciona y honra a su origen.

Sin embargo, la original de los 60, son de ese tipo de películas que una vez vista y descubierto el enigma final, frente a la playa donde yacía rota la estatua de la libertad, no necesitabas volver a visionarla, sino era por un motivo de haber transcurrido mucho tiempo, o porque te la volvían a emitir por la televisión. Son de estas películas como El Bosque, El sexto sentido o más recientemente The Moon, una vez resuelto el enigma que te mantenía el interés no vuelves a tener motivos para revisionarla de nuevo.( Hay excepciones como Testigo de cargo, que aun sabiendo el desenlace, sigue siendo una joya deleitable ver una y otra vez, su desarrollo.)

Las secuelas que durante los años 70 se hicieron de El Planeta de los Simios, nunca mejor dicho, se andaban por las ramas. Burton intentó recontarla de nuevo sin éxito, y hoy por fin se reescribe desde el principio la historia y desde luego que será digna de poner el dvd junto a su original de los 60.

El Origen del Planeta de los Simios es una gran precuela, inteligente (posiblemente impregnada de la formula ALZ 112), técnicamente correcta (los FX al servicio de la interpretación y no del alarde técnico) y con un gran ritmo.