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España España · Madrid
Voto de Eduargil:
8
Drama Abu Shadi, de 60 años, vive en Nazareth, y es padre divorciado y profesor de escuela. Su hija se va a casar y Abu tiene que vivir solo hasta que su hijo, un arquitecto que vive en Roma desde hace muchos años, llegue para ayudarlo con la preparación de la boda. Como exige la tradición palestina local, tienen que entregar la invitación a cada invitado personalmente. Mientras padre e hijo, apenas unos desconocidos, pasan unos días juntos, ... [+]
26 de abril de 2018
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguimos a un padre y su hijo que, cargados con una colección de invitaciones de boda de su hija y hermana, van de puerta en puerta visitando a amigos y conocidos en Nazaret. Durante las visitas, Annemarie Jacir captura retratos conmovedores y a veces divertidos. Entre visita y visita observamos a una Nazaret representada como una ciudad en la que se amontona basura en la calle, el tráfico hace imposible la conducción y, en donde pequeños agravios fácilmente se pueden transformar en graves conflictos abiertos.

A pesar de las profundas diferencias, Shadi, que se muestra extremadamente crítico con lo que está sucediendo en la región, acuerda ayudar a su padre a entregar el Wajib, pasando un día particularmente emotivo con él. Ambos, de hecho, no están de acuerdo en muchas cosas, atribuyendo sus respectivas elecciones de vida a valores completamente diferentes que, al parecer, contribuyen a alejarlos cada vez más.

La tradición pone a dos hombres, uno al lado del otro, en un viaje polvoriento en el interior de un automóvil, recorriendo las calles de Nazaret. La película se mueve en el conocido género de la Road Movie.

Invitación de Boda (Wajib) seduce y sorprende a la vez, dramatizando una realidad que la mayoría de los directores palestinos a menudo tratarían como un tema de suma gravedad. Sin embargo, aquí, los conflictos permanecen subyacentes. El padre, un maestro, trabaja con los israelíes. El hijo emigro a Italia. Y los dos tienen una forma diferente de reclamar y sentirse palestinos. Annemarie Jacir refleja sutilmente estas tensiones. Consigue dotar a la película de una profundidad humana, social y política. Pero sin perder nunca de vista la modesta y preciosa misión de sus personajes: invitar a la boda, a la reunión familiar.

La comparación y las continuas discusiones entre padre e hijo durante el viaje, constituye la parte más sustancial de la película aunque se realice de forma muy esquematizada. En los intercambios entre ambos, a menudo didácticos y muy significativos, fluyen todos los temas principales relacionados con la cuestión palestina, delineando a las dos figuras como dos imágenes macroscópicas opuestas de pensamiento y posicionamiento político y cultural.

Abu Shadi quiere invitar a la boda a un amigo israelí al que su hijo ve como un infiltrado, solo interesado en espiar y trabajar contra los palestinos. Esto no hace más que agrandar las diferencias existentes entre ambos. El estilo de vida liberal y europeizado de Shadi le permite seguir el camino que él quiere, incapaz de apreciar los sacrificios hechos por su padre en el plano político en beneficio de la familia. Mientras que los valores tradicionales de Abu Shadi lo atrapan, creando una versión ficticia de su vida, bajo la presión de mantener las apariencias y dar una imagen que no es la suya.

Annemarie Jacir logra combinar con gran habilidad dos aspectos de la historia: el retrato de una ciudad, que busca vivir con normalidad a pesar de los problemas con las autoridades de Israel, y las relaciones entre padre e hijo.

Invitación de Boda (Wajib) es una película centrada principalmente en los contrastes y en la búsqueda de un equilibrio. El contraste entre la tradición y la modernidad expresada en la relación Padre-Hijo, además se muestra la comparación entre ambos sobre la capacidad o no para perdonar. Abu Shadi todavía sigue enojado con su esposa, a la que considera culpable de haberse fugado con otro hombre a Estados Unidos y dejarlo solo para criar a unos niños pequeños, sin embargo Shadi justifica a su madre y entiende porque tuvo que marcharse del país.

Además, Invitación de Boda (Wajib) es una película sobre las tensiones entre israelíes y palestinos. Toda la narración está inmersa por este desacuerdo, por la prevaricación de un pueblo contra otro. Shadi, en una de las escenas más intensas del filme, le echará en cara a su padre, su sumisión, su incapacidad de rebelarse, y de haber aceptado enseñar en una escuela palestina donde su superior es israelí.

La directora Annemarie Jacir, también responsable del guion, crea unos personajes complejos con unos diálogos que se sienten tangiblemente reales. Estos diálogos están impregnados de una buena dosis de humor que suaviza el drama subyacente, especialmente cuando visitan a familiares excéntricos donde son arrinconados en el interior de la casa con montones de comida y bebida. La fricción dentro de la familia es utilizada por Jacir para observar las frustraciones sentidas por los palestinos que viven en Jerusalén y la presencia continua del ejército israelí.

La directora revela el alma de Nazaret mostrando apenas unas pocas fotos de la ciudad y su paisaje. La cámara se mantiene constantemente cerca de los personajes. La representación de la ciudad se refleja casi exclusivamente a través de las acciones y las palabras de los dos protagonistas, y de sus encuentros con personajes secundarios.

En el conflicto padre-hijo desarrollado en en la película, Jacir no toma partido. Examina con sumo cuidado los pros y contras del compromiso, la sumisión y el radicalismo sin juzgar. Ambos, Abu Shadi y Shadi, argumentan desde sus respectivas situaciones en la vida de una manera comprensible y convincente. Al final la película parece convertirse en una especie de parábola social cuidadosamente construida.

La historia en Invitación de Boda (Wajib) evoluciona a lo largo del metraje como una especia de Road Movie Urbana, donde aparece un nutrido y colorido grupo de personajes, en el que la propia ciudad de Nazaret forma parte de él, con sus problemas, contradicciones, reuniones sociales y vitalidad. Al mismo tiempo, mantiene un formato de drama familiar enriquecido con magníficos y sútiles diálogos, que saboreamos en cada encuentro entre padre e hijo.

https://cinemagavia.es/invitacion-de-boda-wajib-pelicula/
Eduargil
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