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España España · Madrid
Voto de Eduargil:
8
Drama Una familia con problemas tiene que afrontar los hechos después de un grave suceso en el lejano control fronterizo donde estaba destinado su hijo cuando realizaba su servicio militar. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2018
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Foxtrot es un tríptico altamente metafórico que intenta lidiar con el atolladero del conflicto palestino-israelí. Es la segunda película de ficción de Samuel Maoz, quien con su debut, en “Lebanon” (Líbano), ganó el León de Oro en 2009. Ocho años después de que “Lebanon” de Samuel Maoz nos llevara dentro de un tanque israelí y no nos dejara salir, el escritor y director nos traslada a la casa de un soldado, donde la información y la desinformación sobre el bienestar de su hijo amenaza con destruir a su ya dañado padre.

La película trata de la pérdida o supuesta pérdida de un hijo soldado en el ejército israelí. Foxtrot está estructurado en tres partes.

Observamos en el puesto de control como los soldados con cierta frialdad infligen humillaciones a los ocasionales coches palestinos, el robo de productos y, en una escena particularmente inquietante, haciendo que sus víctimas se bajen del coche bajo una lluvia torrencial.

Foxtrot se adentra en el aburrimiento y los prejuicios banales que surgen en primera línea, y por tal motivo ha sido una película muy controvertida en Israel al ser condenada por la Ministra de Cultura Miri Regev. El gobierno israelí estuvo muy enfurecido con la descripción que hace la película de un crimen de guerra y su encubrimiento posterior, así como la sugerencia de que esto es lo habitual.

El drama israelí Foxtrot, aclamado y vilipendiado, está repleto de dolor y confusión, con muchos sentidos metafóricos, uno de ellos se extiende al propio título de la película. Foxtrot es por un lado, el nombre de un puesto de control aislado del desierto, en un camino transitado por algún que otro coche palestino y camellos.

Pero también es, por supuesto, un baile, cuyos peculiares pasos han inspirado a Samuel Maoz para evocar la vida en un estado traumatizado y ciegamente militarista donde uno siempre termina en el mismo punto de partida. Foxtrot es un baile, y como tal nos conduce a una secuencia visual surgida de la nada de un soldado danzando con su rifle, así como a un momento más tranquilo, conmovedor y casi desesperado, entre el matrimonio.

Foxtrot se mueve al mismo ritmo de la danza de la que toma su nombre, permitiéndose intervalos de ensueño, poéticas y eróticos, pero siempre volviendo al punto de partida, en un ciclo sin fin y cruel de culpa, castigo y expiación.

Las imágenes son de una belleza tan extraordinaria que le da a la película aún más brillo. Además de la ingeniosa historia, hay que destacar el impresionante trabajo realizado de cámara.

Muchos ángulos de cámara directamente desde arriba, casi como un intento de mantener a cierta distancia los problemas humanos, como si un poder superior nos observara y tomara decisiones sobre nuestro destino, como si fuéramos pequeñas piezas de ajedrez.

Cuando Michael camina por el pequeño y minúsculo baño, se siente muy claustrofóbico, como si los fuertes sentimientos no encajaran, y no tuviera a dónde ir. Una escena particularmente notable es en la que la cámara desde arriba le sigue y vemos como las baldosas debajo de sus pies crean la impresión de que los cubos se levantan debajo de él en todas partes. La cámara comienza a girar, mientras Michael lucha lentamente por moverse a través de la habitación, y se crea una ilusión óptica que hace que parezca casi como si, aunque se estuviera moviendo, no pudiera moverse en absoluto. En cambio, el personaje parece permanecer dolorosamente atrapado tanto en su dolor como en el duro mundo militar que parece encerrarlo desde todos los ángulos.

Foxtrot arrastra al espectador en un viaje vacilante, inquieto y sin control, con humor cínico, que analiza el poder del destino y el azar en nuestra existencia.

Estamos ante una película sobre coincidencias que no son casuales, que parecen parte de un plan más grande. La historia de Foxtrot está inspirada en un episodio real experimentado por propio director, que casi perdió a su hija el día que le dijo que tendría que tomar el autobús para ir a la escuela.

A su dormilona hija se le pegaban muy habitualmente las sábanas cada mañana, con lo que tenía que coger un taxi para llegar pronto a clase. Los padres cortaron por lo sano esos gastos y la obligaron ir siempre en autobús, la linea 5. Aquella mañana, cuando se extendió la noticia de que un grupo armado tomo el bus 5 matando a varios pasajeros, Samuel Maoz, obsesivamente marco una y otra vez el número de teléfono de su hija. Las lineas estaban colapsadas. Cuando la niña regresó a casa contó que se había levantado tarde y perdió el autobús. Hay lugares en el mundo donde uno tiene las mismas posibilidades de salvarse de la muerte a propósito o por error.

Foxtrot es claramente una película sobre la inutilidad y la banalidad de la guerra, el sin sentido de la muerte, un tríptico alucinatorio de los horrores de la guerra, a la vez que es un rico estudio cultural del pueblo israelí.

Samuel Maoz realiza un brillante trabajo al mezclar magistralmente el surrealismo y el drama para contar una historia cargada de emoción y discurso político en un país que está teniendo dificultades para reconciliarse con la violencia cotidiana y las muertes sin sentido.

https://cinemagavia.es/foxtrot-pelicula-critica-maoz/
Eduargil
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