Pocos subproductos del éxito de los Gremlins han perdurado en el tiempo, y los Ghoulies, bueno, podemos decir que han sobrevivido a su manera, aunque sea casi residual.

La película es a día de hoy más comedia que otra cosa, pero en su día tampoco es que estuviera exenta de ese humor tan único de la serie B. Muy por debajo de los Critters, y por supuesto de los Gremlins, los Ghoulies van perdiendo el poco sentido que tenían a cada minuto que pasa, y ni siquiera son capaces de dejar imágenes para el recuerdo.

Es muy mala, sí, pero no puedo prometeros que si me aparecen las secuelas por ahí no las vaya a ver.