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Aventuras. Romance
Francia, en los aledaños del siglo XVIII. La gente era feliz, las mujeres eran fáciles, y los hombres se entregaban a su deporte favorito: la guerra, entretenimiento para deleite del Rey en el que todos podían participar. Huyendo de un matrimonio forzado, Fanfan, un joven aventurero muy sensible a la belleza femenina, es captado por el ejército de Luis XV. Para conseguir que se enrole definitivamente, Adeline, la bella hija de un ... [+]
17 de mayo de 2006
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala cosa es cuando se retoman películas tenidas por insuperables para rehacerlas. Ocurre también incluso cuando éstas no son tan excelsas, pero sí han dejado un buen sabor, como es el caso de la versión primitiva de esta "Fanfán la Tulipe", dirigida por Christian Jaque en 1952, con el malogrado Gerard Philippe como exultante protagonista. Y el problema está en casi todo: ni Vicent Pérez es, evidentemente, el gran Philippe, ni nuestra Penélope Cruz es la carnal Gina Lollobrigida de sus buenos tiempos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero es que tampoco Gérard Krawczyk es el más indicado para dirigir esta comedia que pretende ser ligera y fresca: sus antecedentes como realizador de cine de acción no le hacían acreedor a la levedad y contagiosa "joie de vivre" que se supone debía presidir este filme ambientado nada menos que en la Francia de Luis XV, retratado aquí como un majadero engreído, en una de las muchas guerras que disputó este penúltimo rey. Pero es que, además, el espadachin protagonista más parece un saltimbanqui, un luchador acróbata que parece salido directamente de "Matrix"; menos mal que, por lo menos, no lleva sotana... Pero no faltan los golpes que recuerdan muchísimo a las artes marciales orientales, como si en la Francia del siglo XVIII tuvieran ni remota idea de que existía el kárate, el judo o el aikido, por poner tres ejemplos. Y encima de todo, las escenas de acción resultan artificiales, sin la simplicidad que debe aparentar este tipo de luchas casi sin sangre en comedias blancas. Hasta el protagonista, teóricamente un donjuán de su tiempo, no pasa más allá de un par de castos besos... ¡sin lengua! Pues vaya un casanova...