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Voto de Oscar DLC:
4
Romance. Drama Cuando Anastasia Steele, una estudiante de Literatura de la Universidad de Washington (Seattle), recibe el encargo de entrevistar al popular y joven empresario Christian Grey, un millonario de 27 años, queda impresionada ante su extraordinario atractivo. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarlo, pero no lo consigue. Cuando la pareja, por fin, inicia una apasionada relación, a Ana le sorprenden las peculiares prácticas eróticas de ... [+]
14 de febrero de 2015
40 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he sentido cierta fascinación por ese tipo de fenómenos que se dan cada cierto tiempo en el mundo del arte y el entretenimiento. Sobre todo los que brotan de manera espontanea, se transmiten a una velocidad de vértigo y funcionan como un perfecto e involuntario mecanismo publicitario, sorprendiendo incluso a los propios encargados de vender la obra. Solo hizo falta que un indignado miembro del opus abriese la boca para conseguir que una novela de una editorial pequeñita destinada a ser lectura ligera de aeropuerto como “El Código Da Vinci” fuese leída por más de medio mundo, convirtiendo a Dan Brown en multimillonario. Ahora se vuelve a producir un hecho similar, de nuevo en el mundo literario, con “Cincuenta Sombras de Grey”. Cuando el boca-oreja funciona, se crean modas en las que, en tiempos tan globalizados, es imposible no caer y nos hace consumir productos que en condiciones normales no eligiríamos, aunque solo sea para no ser excluido del debate y poder opinar con fundamento sobre el tema del que todo el mundo comenta.

Adaptar al cine este tipo de fenómenos tiene sus ventajas, sobre todo económicas, y muchísimos inconvenientes. Está claro que “Cincuenta Sombras de Grey” no es una buena película, sin embargo cuesta poner el punto de mira sobre el equipo artístico del film si se considera por un momento la extraordinaria magnitud del marrón que supone el proyecto.

Disculpo a directora, guionistas y actores porque creo honestamente que hacen lo que pueden dentro de las innumerables limitaciones con las que tienen que trabajar. El guión se esfuerza en eliminar gran parte de las reiterativas conversaciones entre la pareja protagonista y los infantiles y pastelosos intercambios de mensajes electrónicos que pueblan la novela e introduce nuevas notas de humor que se agradecen. Cambios mínimos, siempre con la aprobación de la autora de la novela y que no enfaden a las legiones de fans. La dirección de Sam Taylor-Johnson es correcta y sobria y ofrece, unido a la selección musical y a la fotografía, un acabado elegante de ambiente glamouroso, acentuado en las escenas de sexo, que encaja con el ambiente que sugiere el libro. Tampoco hay cancha para mucho más.

Quizá sea Dakota Johnson quien sale mejor parada en el plano interpretativo. Cumple individualmente, aunque tampoco consigue alcanzar un buen nivel de química con un Jamie Dornan rígido, casi robótico, como si en cada plano pesara en su mente la imposible responsabilidad de convertirse en la encarnación de la fantasía erótica imaginada por cien millones de lectoras distintas. La aportación de los secundarios es meramente testimonial y cuesta imaginar quien habrá convencido a la gran Marcia Gay Harden para aparecer por allí.

Por muy benévolo que se quiera ser, pocos aspectos positivos pueden encontrarse. Aunque la premisa pueda tener posibilidades, estas nunca son exploradas de una manera mínimamente interesante. Contiene más desnudos que la media de films de Hollywood pero el morbo y la provocación brilla por su ausencia en unas escenas de sexo artificiales, videocliperas y sosísimas. Todo en la película es extremadamente light. La imagen del bondage y el sadomasoquismo que muestra no pasa nunca del simple postureo y si hay que justificar el comportamiento del guaperas millonario se tira del recurso del trauma infantil y apañado. De esta manera Grey resulta ser el peor amo dominante del mundo. Azota flojito, como desganado, y siempre después de pedir permiso educadamente. Menos perverso imposible pero claro, es que se ha enamorado…

Incluso la idea de la virginal damisela que enamora al amo castigador, desarmándolo e invirtiendo los roles podría resultar medianamente resultona, pero nada. Cualquier atisbo de interés queda sepultado por un cuento de hadas de un romanticismo adolescente de lo más soso y tópico, desarrollado de manera extremadamente reiterativa, lenta y aburrida.

De todas formas los productores pueden dormir tranquilos porque casi todos pasaremos por taquilla, aunque sea solo por poder opinar. Yo ya lo he hecho tanto con la novela como con la película, fracasando en mi intento de comprender las claves de su éxito. Aún así, me encantará seguir debatiendo e intercambiando impresiones con quien opine de manera diferente. Particularmente, tengo mucha curiosidad por conocer el veredicto de las fans de la saga literaria.

Siempre defenderé que el hecho de que una sola persona la disfrute, justifica la existencia de cualquier forma de expresión artística. Es un hecho incontestable que “Cincuenta Sombras de Grey” ha hecho soñar, imaginar y disfrutar a millones de mujeres en todo el mundo, asi que por mi parte siempre será bienvenido este tipo de fenómeno. Eso sí, que no cuenten conmigo para la segunda parte. Creo que ya he cubierto mi cupo de sombras.

http://losreyesdelmando.com/2015/02/14/critica-cincuenta-sombras-de-grey/
Oscar DLC
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