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Voto de labutaquitayelmar:
6
Intriga. Drama En 1947, Holmes vive retirado en una remota granja de Sussex con un ama de llaves y el hijo de ésta. Cumplidos los 93 años, su memoria y su capacidad intelectual empiezan a deteriorarse. Su rutinaria vida se limita al cuidado de su colmena, a la escritura de su diario y a la lucha contra su pérdida de facultades. De repente, se le presenta un caso desconocido hasta el momento. (FILMAFFINITY)
26 de agosto de 2015
50 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con curiosidad me acerqué a descubrir qué versión le había dado Bill Condon a la figura de Sherlock Holmes envejecido, en las postrimerías de su vida donde sus facultades, como las de cualquier mortal, merman y aunque de vez en cuando hace sus exhibiciones “hiper-lógicas”, ya es incapaz de conseguir lo imposible como antaño.

Pues bien, el planteamiento es interesante y adelanto que no estamos ante un “Sherlock Holmes” propio de Guy Ritchie, lleno de acción, vértigo e imposibles sino ante una historia reflexiva, con pretensiones líricas y evocadoras que humaniza al personaje buscando nuestra ternura.

Los intérpretes son muy buenos y hacen creíbles a sus personajes, sobre todo el que encarna magistralmente Ian McKellen. Nos refleja un Holmes anciano, con achaques de la edad y lento pero con el sentido del humor y la sabiduría propios de una persona que ha vivido demasiado, que no se resigna a acabar postrado en un sofá y que tiene suficiente fuerza para buscar pócimas orientales que le mantengan en la mejor forma posible.

Sin embargo, el hecho de que Mr. Holmes sea anciano y lento no justifica que la película lo deba de ser igualmente, como pasa en este caso. Hay momentos que se me hacen eternos. Desconozco si es un rasgo que el autor quiere darle a la película para transmitir la impotencia de su protagonista o si es producto de su falta de acierto.
El caso es que combina desacertadamente las tres historias del guion en una película con vocación de ser poética pero que, por su lentitud, termina siendo algo pesada.
El uso de la elipsis, de la mera sugerencia sin necesidad de plasmar los achaques seniles habría bastado para aligerar su contenido, que no es malo, pero que se podría haber contado un poco mejor.

Me encanta la moraleja final que plantea la historia, una bella historia de reflexión sobre la verdad y la esperanza. Sobre si siempre debemos de ser transparentes o siempre debemos callar para no herir al otro. Decidir acertadamente el momento oportuno para hacer una cosa u otra es cuestión de sabiduría o tal vez de suerte. Sólo el tiempo lo dirá, elemental.

Muchas gracias por su tiempo para leerme. Hasta la próxima.
labutaquitayelmar
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