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España España · Barcelona
Voto de Joan Quel:
6
Animación. Drama Año 1891. Un año después de la muerte de Vincent van Gogh, el cartero Roulin le pide a su hijo Armand que entregue personalmente la última carta de Van Gogh a su hermano, Theo, después de que sus intentos previos de enviársela hubieran fallado. A pesar de no haber apreciado a Van Gogh y recordar el incidente cuando el fallecido se mutiló su oreja y se la dio a una prostituta, Armand acepta con disgusto debido al afecto de su padre por ... [+]
14 de enero de 2018
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fascinado por la obra de Van Gogh no podía perderme esta película, artesanal y trabajosa, cuyo objetivo es homenajear al artista imitando su forma de pintar y sus colores: cien pintores profesionales han dedicado siete años en reproducir al oleo, uno a uno, sus miles de fotogramas.
Debo reconocer, sin embargo, que viendo el resultado, no diré que me haya defraudado, pero esperaba más. Más sobre la vida de Van Gogh en París, sobre su relación con Gauguin, y sobretodo más sobre su relación con Theo y las apasionantes cartas que Vincent le escribió, cuya lectura tanto me conmovió en su día. Nunca imaginé entonces que la capacidad del artista para la expresión escrita, pudiese competir con su genio pintando, porqué lo que redactó de su puño y letra a su hermano es pura literatura, poesía en prosa que toca el corazón. Curiosamente esas cartas se conservaron gracias a su cuñada Johanna, ya que la muerte de Theo, seguida pocos meses a la de Vincent, pudo hacerlas desaparecer para siempre.

Capítulo especial pues, merecería la relación de los hermanos Van Gogh, Vincent y Theo, también por contradictoria. A veces me he preguntado cómo un marchante de arte como Theo, que adoraba y admiraba a su hermano y que lo sostuvo financieramente durante años, fuese incapaz de vender apenas una de sus novecientas obras.

Volviendo a la película, quizá hubiese preferido ver más sus cuadros reales con detenimiento, como si estuviese en Amsterdam o París, y no tanto esas agobiantemente trémulas imágenes pintadas "a lo Van Gogh" sobre la filmación previa realizada a los actores, aunque justo sea admitir que el cine es imagen en movimiento y que los autores no han pretendido hacer un documental sobre la obra de Van Gogh.

Puestos a preferir, también me hubiese gustado más un Van Gogh presente, no tan rememorado por los testigos de su vida en Auvers los últimos meses de su vida, porqué la película está construida como una investigación detectivesca alrededor de la muerte del artista. Incluso se juega a cuestionar su suicidio, como en la conversación del protagonista,hijo del cartero, con el doctor Gachet. Es tan absorbente ese interrogatorio, que la intriga de los hechos gana en protagonismo a Van Gogh y su pintura.

No negaré que "Loving Vincent" es un trabajo sin precedentes, original y bien resuelto, pero también especialmente dirigido a los devotos del artista o a los amantes del cine de animación. Los que no lo sean, no digo que se abstengan, solo que la película no es de visión obligada.

La inclusión al final de la maravillosa canción "Starring, Starring Night" de Don Mc Lean, constituye un precioso epílogo, aunque puestos a elegir, me hubiese inclinado por la versión original del autor.
Joan Quel
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