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Voto de Beatriz Jimenez:
9
Drama. Comedia En una residencia de ancianos de Jerusalén, un grupo de amigos construye una máquina para practicar la eutanasia con el fin de ayudar a un amigo enfermo terminal. Pero cuando se extienden los rumores sobre la máquina, otros ancianos les pedirán ayuda, lo que les plantea un dilema emocional y los implica en una aventura disparatada. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2016
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La fiesta de despedida, de los israelíes Sharon Maymin y Tal Granit, es una de esas producciones valientes, arriesgadas y originales que no suelen abundar en el cine actual. Merecida ganadora de la Espiga de Oro a la mejor película y Premio a la mejor actriz (Levana Finkelstein y Aliza Rosen) en la Seminci de Valladolid del pasado año, es una producción que versa sobre la eutanasia, para resumirlo fácilmente, pero es mucho más que eso.

Lo más destacable de esta cinta es que se trata de una divertidísima (y negrísima) comedia donde todas las situaciones, por dramáticas y dispares que sean, se encuentran tratadas con un sentido del humor tan admirable como ingenioso.

Un grupo de amigos que viven en la misma residencia de ancianos deciden ayudar a uno de ellos a morir dignamente. Además de los dilemas éticos, todo se complica cuando corre la voz y más personas solicitan su ayuda para acabar con su sufrimiento.

Lo que han conseguido los realizadores de esta cinta, Maymin y Granit, es tratar toda una serie de tabúes desde la óptica de la comedia. El más importante es la eutanasia, visto aquí como el derecho a decidir sobre el fin de tu propia existencia, especialmente en el caso de enfermos terminales. Y, en menor medida, se tocan temas como la homosexualidad, el sexo e incluso el desnudo, nada corriente en personajes de edad avanzada.

A pesar de la valentía y el coraje de tratar temas tan poco habituales en el cine, realmente lo que explora esta maravillosa La fiesta de despedida es el amor, ese amor incondicional que hace que dejes de pensar en tus necesidades para solo centrarte en las del otro; y la amistad, el estar justo en el momento y en el lugar adecuado cuando alguien te necesita, en no fallar a los que han sido tus compañeros de vivencias, no solo cuanto todo va bien, sino en sus peores momentos; pero también el miedo, el de perder a tus seres queridos o a ti mismo.

Pero la genialidad de esta producción reside en convertir todos estos temas, tabúes y cuestiones éticas en una producción extraordinariamente divertida, una formidable comedia negra que arranca la carcajada durante todo su metraje y que resulta francamente entretenida.

Además, todos los actores (Ze'ev Revah, Levana Finkelstein, Aliza Rosen, Ilan Dar y Rafael Tabor), veteranos de la escena o cinematografía israelí, están maravillosos en sus papeles.

Lo mejor: el gran sentido del humor que impregna toda la cinta; su valentía y originalidad.

Lo peor: que sea una producción israelí con actores desconocidos quiere decir que, lamentablemente, no será elegida por el gran público, a pesar de su genialidad.

http://www.bollacos.com/la-fiesta-de-despedida-riendose-de-la-muerte/
Beatriz Jimenez
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