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España España · Pontevedra
Voto de morla:
8
Thriller. Intriga. Terror. Drama Londres, 1888. En el barrio de Whitechapel se producen una serie de violentos y sanguinarios crímenes que tienen algo en común: las víctimas son siempre prostitutas asesinadas en oscuros callejones. El asesino será pronto conocido con el nombre de Jack el Destripador. En Baker Street, Sherlock Holmes y su ayudante el Doctor Watson empiezan a investigar por su cuenta los horribles crímenes que tienen aterrorizada a la ciudad. A pesar de ... [+]
17 de octubre de 2007
33 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
El final de la época victoriana nos ha dejado un Londres nebuloso por el que paseaban Drácula perseguido por Abraham van Helsing y sus muchachos, el doctor Jeckyll (pero paseaba aún más Mr. Hyde), Serlock Holmes conversando con John H. Watson o (lo más frecuente) persiguiendo a alguien, Jack el Destripador...
La coincidencia del detective más grande de todos los tiempos con el crimen irresoluto más mediático de todos los tiempos, pues tenía que acabar hecho celuloide.
No es la primera aventura que enfrenta a Holmes con Jack el Destripador, pero sí es una de las más logradas aventuras cinematográficas del detective, básicamente por tres razones:
En primer lugar porque la trama se apoya en una de las tesis más seguidas y verosímiles (dentro de algo tan increíble como el salvajismo del destripador y las explicaciones que se han ido proponiendo con el paso del tiempo) para no acabar en una película absurda; se trata de una intriga bien llevada, que busca del espectador complicidad pero no impunidad. Por otro lado, esa teoría que achaca el crimen a la Familia Real británica, sirve como explicación para el silencio de Holmes, su renuncia a destruir al culpable o a buscar un castigo público. Es decir, es igual de listo pero como todo el que ha leído un poco sus aventuras sabe, es también un patriota, así que se calla la solución a pesar de conocerla.
Y por último, el gran acierto de la película es la pareja Holmes-Watson.
Christopher Plummer se ha encontrado a fans del detective que lo encuentran ridículo y estomacante, gente capaz de decir que Jeremy Brett es un gran Holmes y él no; a mí me resulta más próximo y humanizado que el personaje literario, pero no parece inadecuado, viendo cómo Conan Doyle retrató los últimos gestos de un detective ya talludito ("La melena de león" o sobre todo "Su último saludo"). Creo que en el papel sólo lo superan Basil Rathbone y Robert Stephens, no Brett, ni siquiera Peter Cushing o Christopher Lee.
Aún así, la gran noticia es Watson: porque después de tener que soportar a actores que componían un patán, poco más que un borrachín simpático (el entrañable Nigel Bruce hizo mucho daño con su encarnación de un tipo bonachón y torpe), quienes diseñaron al personaje para esta película recordaron que Watson tenía en el cerebro algo más que admiración hacia Holmes, que era un médico competente y un hombre de sentido común, y encargaron la interpretación al mísmisimo James Mason, nada menos.
Así que entre el indignado Plummer y el gran Mason componen la mejor pareja Holmes-Watson desde Nigel Bruce y Basil Rathbone.
morla
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