Una narrativa más que correcta

Su guion no es arquetípico. Nadie esperaba que lo fuese. Pero si que cumple estructuralmente. Partamos de la base de que es una adaptación libre de una hazaña documentada en la historia -recuerden este hecho porque volveré a él-. Quiero decir, la creatividad no queda embargada, pero sí coartada.

Tenemos un trasfondo, una historia latente que conocemos. Un punto en el que comenzar y uno en el que terminar. Entre medias, 90 minutos. En su transcurso no falta el humor, con mayor o menor gusto, pero siempre funcional -a pesar de coquetear con el absurdo-. Muy adecuado aderezo para nuestra hora y media ante la pantalla. Nuestro protagonista, Elcano, avanza de acción en acción como un teledirigido peón que crece, madura. Y que aporta la moraleja, evidente.

Por cierto, el inicio del film es in media res con la escena más destacable a nivel de animación.

Una animación capaz, coherente

La animación no peca de ridícula. Aunque las taras en la fluidez del movimiento de los personajes brillan, y esto es un constante, visualmente es agradecida. A pesar de que no es solo la fluidez, sino también la naturalidad y coordinación de gestos, regala una bellísima recreación de la ciudad de Sevilla en un par de planos cenitales.

El grueso del esfuerzo del estudio queda en el mar y en los barcos. Obvio. La mencionada escena a destacar acapara la mayor parte de su potencia. Y, sí, compro. Las desventuras de Elcano, tanto en la tormenta como en los tortuosos pasos entre los afilados acantilados, están reproducidas con gran gusto.

Un inevitable pero

La película de origen vasco trata a Sevilla con súbito cariño. Ya lo he dicho. No obstante, como sevillano y andaluz, no puedo ocultar mi extrañeza, no diré rabia ni malestar, ante el doblaje.

Casi la plenitud de la tripulación de Elcano y Magallanes es de origen sevillano, así como los habitantes de la ciudad. Todos ellos, a excepción de alguno -no más de dos-, adoptan un acento impropio -por no decir ridículo- de la mencionada metrópoli.

Quiero pensar que este hecho es fruto de una benévola intención de subrayar la gente de tan diverso pelo propia del gran exponente cultural que era la capital hispalense, y no de una absurda burla o de una insensata ignorancia de la realidad.

Sin embargo, ya que la adaptación es tan libre en términos históricos -¿recuerdan?-, me hace malpensar.

‘Elcano y Magallanes, la primera vuelta al mundo’, una película para toda la familia

Creo que eso ha quedado claro. De hecho, así la presentó su director, Ángel Alonso. Hay distintos tipos de animación para diferentes públicos objetivos, y Elcano y Magallanes, la primera vuelta al mundo no juega con nadie. Conoce perfectamente su nicho y se ajusta a él.

Es disfrutable, como mínimo. Refrescante y óptima para aligerar una tarde, una mañana o cualquier rato que quieran usar en detrimento del aburrimiento.

Escrito por Rafa F. Velázquez