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Voto de Cinemagavia:
9
Drama Joan Castleman (Glenn Close) es una buena esposa, de belleza madura y natural, la mujer perfecta. Pero lo cierto es que lleva cuarenta años sacrificando sus sueños y ambiciones para mantener viva la llama de su matrimonio con su marido, Joe Castleman (Jonathan Pryce). Pero Joan ha llegado a su límite. En vísperas de la entrega del Premio Nobel de Literatura a Joe, Joan decide desvelar su secreto mejor guardado. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2018
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué pruebas puede soportar el cariño y el tiempo compartido? Qué puede derrumbar las relaciones más funcionales (aunque no sean poseedoras de una exultante felicidad) Las respuestas son amplias, pero nacen en el poder de secretos que ya son imposibles de llevar cargando y Joan lo sabe bien.

Close encarna a una mujer dedicada, extraordinaria, amante absoluta al grado de subyugar todo su ser a la figura de su hombre; pero ese arrobamiento se comienza a desquebrajar cuando el sube y sube extasiado de si mismo en los pináculos de la fama; sobre todo porque esa fama es una fama tan frágil y efímera como una burbuja de jabón.

Glen Close quien ha estado seis veces tan cerca del Oscar, realiza una absolutamente impecable y definitiva encarnación de Joan, como para desear verla estar nominada como mejor actriz. Su contención y dominio de su rostro la hacen exquisita, etérea, pero con una fuerza capaz de derrumbar murallas si es necesario y lo mejor es que lo hace con la elegancia y la inteligencia completa que la envuelve. Close no simplemente es el corazón de la trama, sino que es el intelecto manejado con una gracia omnipresente. Es el fuego y el agua contenida cuyo oleaje emocional bulle bajo la aparentemente perfecta y resignada superficie.

El guión de La Buena Esposa está esplendorosamente escrito por Jane Anderson, basado en la novela “La Esposa” de Meg Wolitzer. Cada palabra es sopesada y dicha en el lugar y momento adecuado, siempre agudas, siempre bellas, poderosas, con la fuerza definitiva que le imprimen las actuaciones de Close y Pryce. Simplemente disfrutar de esa clase magistral de actuación por parte de ambos ya es en sí un deleite.

El Director Bjorn Runge guía el trabajo de esta sensacional pareja con una sólida familiaridad. Son una pareja que se conoce demasiado, que se ha vivido demasiado, que se ha compartido demasiado. Y que se ha tolerado demasiado.

Esperan una noticia ansiosos, pero eso no impide los devenires de la relación: el ansia, la felicidad y hasta el deseo desmadrugado. La noticia del triunfo sin embargo, nos queda claro, trae consigo otras cosas que nos dejan pensando y deseando ver que nos las descubran.

La trama de La Buena Esposa nos seduce, nos encadena, porque abre lecturas en varios planos; expone desde la raíz la intimidad de la pareja, los silencios, los anhelos y las cosas que por obvias se callan. Joan y Joe son dos entidades que se han amalgamado pero que en el fondo saben perfectamente que solos no podrían haber llegado hasta ese momento.

Y por medio de flash backs nos dejan penetrar al cómo fue que toda su historia comenzó, cuando Joe era profesor de la universidad y Joan solo una estudiante brillante. Y como una cosa va llevando a la otra, la base de su relación, pero también de su separación, comienzan a dibujarse en el panorama.

Cuando en su juventud Joe (Lloyd) y Joan (Actuada por la verdadera hija de Close: Annie Starke) se conocen, las chispas no solo estallan físicamente, las mentes y su capacidad literaria entran en el mismo crisol. El mismo donde se fraguará el elemento más sólido de su relación: su complicidad laboral.

Obviamente, como sucede muchas veces, en cuanto el nombre de Joe llena la escena del Nobel; un periodista Nathaniel Bone (Slater) quien está demasiado interesado en escribir la biografía de Joe, al grado de que los sigue a Suecia esperando sacar material jugoso para su labor, no va a dudar en usar los trucos que sean necesarios para desentrañar algo que a él le huele demasiado “raro” la carrera de Joe comenzó a cambiar radicalmente desde que se unió con Joan. Nathaniel va a seguir los cabos sueltos (y los no sueltos), apostando por una historia que sabe jugosa. La entrevista de Joan y Nathaniel es toda una historia en si misma.

Close y Pryce se deslizan como en un ballet cuando están juntos en pantalla, ante el ojo de la cámara existe tal intimidad y extremos emocionales que casi se es un observador fantasma que invade su matrimonio.

Joan como en muchas familias es la figura materna que prodiga sabiduría ante lo que puede presentarse, con esa presencia que controla dulce y tranquilamente desde los egos extremos hasta los hijos inseguros, pareciera doblegada, dócil, pero sin embargo internamente posee una profunda fuerza y determinación que nadie podría pasarla por alto.

La Buena Esposa encierra en su mundo de cotidianeidad todo un arsenal de sentimientos, de secretos compartidos y del agridulce sabor de la fuerza del cariño que se ve llevado a extremos en los que el desenlace puede ser una salida, pero no es en lo absoluto la que se deseaba. El destino siempre tiene la última carta y puede dar un giro inesperado a los deseos de buscar una salida como muchas veces sucede con las parejas que en su propia y extraña forma se aman… a pesar de todo.

Escrito por Fabian Quezada Leon
https://cinemagavia.es/la-buena-esposa-pelicula-critica/
Cinemagavia
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