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Voto de Cinemagavia:
8
Romance. Comedia. Drama Mary y Michael forman un matrimonio de mediana edad que tras años de rutina ambos tienen un amante, y parecen aceptarlo en silencio. Pero un día todo cambia... (FILMAFFINITY)
3 de noviembre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La directora y guionista Azreal Jacobs en la película The Lovers parece dar respuesta a los lamentos dados por Rosanna Arquette en su documental Buscando a Debra Winger (2002), donde se preguntaba por qué la actriz dejó la profesión en el cénit de su carrera. Ahora Azreal Jacobs la devuelve a la pantalla grande, como protagonista absoluta junto a Tracy Letts, en una comedia romántica e ingeniosa sobre la relación de una pareja casada.

Obviamente los nuevos compañeros presionan a ambos para tomar de una manera total la decisión de “decirle al otro” que ese matrimonio se acabó. Cada uno lo medita y hacen sus planes… pero la intempestiva noticia de que su hijo Joel (Ross) va a pasar unos días a casa acompañado por su novia Erin (Sula) y el saber que el final de su matrimonio esta cerca, reviven entre ellos una súbita y ardiente pasión que termina por darle un giro completo a la relación.

Entrar a la cotidianidad desgastada de un matrimonio de años siempre es un asunto embarazoso. En The Lovers se explora de una manera cruel pero divertida, (por lo difícil que puede ser), el ser infiel con una relación alterna que ha durado varios años. Qué sucede en la mente del infiel? Qué lo hace regresar a su “hogar” donde ya no hay nada vivo? Y sobre todo, por qué no se opta por ninguna de las dos partes?

Hoy por hoy la mayoría podría pensar que la infidelidad es un asunto sobrevaluado, nos hemos acostumbrado a que al final “el ganador se lleva todo”. Pero no siempre es así, a veces el ganador no existe, ni se lleva nada aunque suba su apuesta.

Debra Winger regresa a la pantalla en esta comedia trágica, donde en medio de las cenizas se encuentra de repente con una partitura que marca las extrañas variaciones sobre un tema. En el des-concierto de la vida matrimonial hay silencios, estridencias y también ritmos ocultos. Pero sin duda lo intenso del planteamiento de esta cinta es cuánto puede pesar aquello de que: “nada es más apetecido que lo prohibido”.

Cuando entramos por separado a la intimidad de Michael y de Mary, la primera pregunta que nos asalta es por qué siguen juntos, si cada uno ya ha encontrado un “sustituto” desde hace tiempo? Dónde se les escapó la pasión y quedó la mera convivencia? La costumbre deviene en una indefinida zona de confort en donde lo mordaz es que ahí no existe confort alguno.

Jacobs escribe y dirige este cuento de tedio moderno con sobriedad, donde a cada paso la insatisfacción con lo que se tiene acecha desde muchos ángulos detrás de la “educación y las buenas maneras” y cobijada por la mentira.

Pero este drama no solo es un dueto, es un cuarteto en el que las voces de las parejas de Michael, Lucy (Walters) y de Mary; Robert (Guillen) también han tenido su propia “aria”: el saberse y vivir como “el otro” sin importar sus propios sentimientos, siempre a la espera de que sus caprichosas “medias naranjas” decidan su siguiente paso.

Y cuando precisamente la situación pide a gritos una definición, se introduce un elemento detonador, la llegada del hijo y que Michael y Mary deciden “firmemente” acabar con esa farsa.

Sorpresivamente verse sobre el vacío excita el deseo dormido y entre accidente y arrepentimiento recomienzan el juego de la pasión… pero la ruleta aún debe dar otras vueltas para definir el juego y declarar que “ya no hay lugar para más apuestas”… aparentemente.

Pero es precisamente ese detonante y esa situación que nos revela la verdadera alma de los protagonistas, son unos ludópatas de la infidelidad hasta la médula, ambos no pueden dejar de apostar y sin esa emoción sus vidas carecen de sentido.

Resulta evidente que antes de encontrar esa chispa a ninguno de los dos les importaba un comino lo que pasara en esa casa, fuera de las meras reglas de convivencia básicas (y casi ni esas)

Ambos son la representación viviente de “Y No me importa nada” (como diría una canción ochentera de Luz Casal) y es esa sutil pero fuerte línea la que sostiene todo el argumento, han llegado al punto de no retorno en el campo de la indiferencia, qué caso tendría romper algo que no tiene ningún valor? A quién le dolería? Ciertamente a ellos no, y tampoco a nosotros, que nos hemos convertido en sus cómplices. Sería un pase de página sin sabor.

Por eso el demonio de la tentación hace girar la ruleta de nuevo, hay un tapete liso para poner apuestas, pero ahora si hay algo por lo cual apostar, entonces independientemente de sus vidas paralelas, de sus parejas paralelas se enfrascan en el reencuentro para acabar en un camino sin salida (o tal vez la única salida) y la resolución es profundamente ruda, contundente, el todo por el todo.

The Lovers es Tan descarnada e inexplicable como el querer puede ser.

Escrito por Fabian Quezada Leon
https://cinemagavia.es/pelicula-critica-the-lovers/
Cinemagavia
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