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España España · Barcelona
Voto de eldarto:
4
Drama Narra la historia de Don Diego de Zama, un oficial español del siglo XVII asentado en Asunción que espera su transferencia a Buenos Aires. Es un hombre que espera ser reconocido por sus méritos. Pero en los años de espera pierde todo. Decide atrapar un peligroso bandido y recuperar su nombre... Basada en la novela existencial de Antonio Di Benedetto escrita en 1956. (FILMAFFINITY)
22 de noviembre de 2017
50 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ir de resaca un domingo a las once de la noche al cine puede ser una idea genial o el mayor de los desastres. Imagino que, en las épocas en que el cine, igual que la vida, era interesante y se podían ver buenas películas, la mayor parte de las veces el plan acabaría constituyendo una idea genial.
Hoy día, época en la que un incansable batallón de modernos se frotan las manos antes de que cada horterada que rezume mínima señal de trascendencia sea estrenada, para después calificarla de "kafkiana", "minimalista", "necesaria" y otros adjetivos que yo dedicaría a mis testículos, ir al cine en estas condiciones es un ejercicio de supervivencia frente al tedio, que ya está instalado de por sí en nuestras cabezas llenas de vidrio y alfileres desde el primer despertar.
Zama presenta una bonita fotografía, un banda sonora más que aceptable, ciertas escenas de notable sensibilidad y un protagonista que por momentos logra ser carismático, por más que el personaje sea un intendente pajillero de fingido estoicismo. El resto son fuegos artificiales, una pesadilla que intenta emular a Konrad, pero sin producir la más mínima emoción, dificultando enormemente seguir la película y rellena de personajes que no aportan nada significativo a la trama (¿el personaje de Lola Dueñas para qué vale? ya sabíamos que Zama es esclavo de la carne, primero por que todos lo somos y segundo por que ya se ve en la primera escena), que por otra parte, dudo exista, más bien es una sucesión de situaciones, algunas interesantes y bien planteadas, pero que en conjunto son un peñazo. Estoy de acuerdo en que una narración no tenga una trama o argumento definido, que no cuente una historia- o no de la manera lineal que acostumbran a ensayar los narradores-, siempre y cuando se proponga indagar sobre la problemática inherente al ser humano, y demostrarnos que lo que creemos son nuestros más oscuros demonios, son extrapolables a todo quisqui. Se me ocurren Leólo, Dostoyevski, Lynch, Marías...incluso el Gran Lebowski, como humilde sucesión de situaciones que no acaban de conformar una trama coherente, sin ningún tipo de ínfulas de grandeza.
Así las cosas, tenemos narradores lúdicos y problemáticas, y narraciones que responden a estas categorías. Esta no es lúdica, por que no cuenta ninguna historia; pero tampoco es problemática desde mi punto de vista, solo un bodrio grandilocuente, ya que no plantea cuestiones esenciales de la existencia, aunque sí parece en condiciones o con intenciones de hacerlo.
Quizá sea una mala adaptación de un libro que no he leído, ya digo que veo una buena premisa, una buena idea detrás del filme, a la hora de retratar ese paisaje tropical teñido de magia oscura, pero para mí se queda en agua de borrajas. Si algún día en los próximos años estoy sobrio o sin resaca, prometo intentar darle un segundo visionado, no vaya a ser que haya vuelto a mear por fuera. Por otro lado, quizá si eso pasa me mata el síndrome de abstinencia.
eldarto
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