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10
7,1
2.257
Animación. Intriga. Fantástico. Drama
Un narrador (Alexei Batalov) relata la historia de un pequeño erizo (Maria Vinogradova) y su amigo, una cría de oso (Vyacheslav Nevinniy). Ambos se reúnen cada atardecer a tomar el té servido del samovar encendido con ramas de enebro. Después de beber el té, los dos conversan y se sientan a contar juntos las estrellas... (FILMAFFINITY)
10 de octubre de 2010
85 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una genial noticia que el equipo de Filmaffinity haya hecho las fichas de las obras completas de Yuriy Norshteyn, es obvio que es un director a tener en cuenta en ese afán filantrópico que caracteriza a esta página web a la que todos contribuimos un poco con nuestras intervenciones. Estamos de celebración pues, todo lo que sea ampliar nuestros horizontes cinematográficos bienvenido sea, más aún si hablamos de un director de la calidad de un director como el soviético.
La figura del erizo (que recientemente acaba de conseguir una estatua en la capital de Ucrania, Kiev) es realmente entrañable, especialmente por esa curiosa inocencia que lo lleva a adentrarse más y más en la niebla aún a pesar de su evidente temor. Allí se encuentra con todo tipo de contratiempos y sorpresas, como si acabara de descubrir un mundo nuevo. En cierto sentido viene a ser una metáfora de la propia vida, donde todo lo que está por venir y todo lo que nos va llegando es nuevo y desconocido, desconcertante, provoca en nosotros temor, suscita esperanzas, etc. Este pequeño film es un ensalzamiento del coraje y la capacidad de iniciativa, único modo de sobrevivir en la vida ante muchas de las dificultades que ésta nos presenta. El valor de la amistad, la confianza, el miedo... todo ello se combina para dar lugar a nuestro camino que, por supuesto, no es el único*.
La figura del erizo (que recientemente acaba de conseguir una estatua en la capital de Ucrania, Kiev) es realmente entrañable, especialmente por esa curiosa inocencia que lo lleva a adentrarse más y más en la niebla aún a pesar de su evidente temor. Allí se encuentra con todo tipo de contratiempos y sorpresas, como si acabara de descubrir un mundo nuevo. En cierto sentido viene a ser una metáfora de la propia vida, donde todo lo que está por venir y todo lo que nos va llegando es nuevo y desconocido, desconcertante, provoca en nosotros temor, suscita esperanzas, etc. Este pequeño film es un ensalzamiento del coraje y la capacidad de iniciativa, único modo de sobrevivir en la vida ante muchas de las dificultades que ésta nos presenta. El valor de la amistad, la confianza, el miedo... todo ello se combina para dar lugar a nuestro camino que, por supuesto, no es el único*.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
*Me refiero en especial a los momentos en que personajes como el perro que le devuelve su atillo o ese desconocido que desde la profundidad del río devuelve al erizo a la orilla. Ambos le producen miedo al principio, pero después se da cuenta de que dar su confianza puede allanar su camino en la vida.
Por último está el momento final en el que el oso aparece visiblemente ansioso, nervioso y aliviado tras la aparición del erizo al cual había estado llamando constantemente a lo largo del periplo de éste a través de la niebla. El oso teme que su rutina se vea alterada, es la lógica que se impone en la lógica de todo ser, más que el temor por la desaparición del ser amado es el temor a perder todo lo que dicho ser nos brinda (en cierto sentido es egoista, porque lo que más nos preocupa es encontrarnos con la posibilidad de afrontar la vida sin aquellos que antes la iluminaban). En cierto sentido el erizo es el carácter opuesto al oso, amante de las estrellas pero incapaz de contarlas sin el concurso de su amigo el erizo. El contraste entre el que se deja llevar y el que toma la iniciativa. El contraste entre el que abre sus ojos a nuevos mundos y aquellos que se conforman con una existencia comfortable e invariable.
La expresión final del erizo muestra la fascinación por asistir al espectáculo de la vida, a las múltiples posibilidades y caminos que ésta nos brinda y a la posibilidad de aunar estas nuevas experiencias para mirar con nuevos ojos aquello que siempre es igual, de ahí que diga para sí mismo: "¿No es maravilloso estar juntos de nuevo?"
Por último está el momento final en el que el oso aparece visiblemente ansioso, nervioso y aliviado tras la aparición del erizo al cual había estado llamando constantemente a lo largo del periplo de éste a través de la niebla. El oso teme que su rutina se vea alterada, es la lógica que se impone en la lógica de todo ser, más que el temor por la desaparición del ser amado es el temor a perder todo lo que dicho ser nos brinda (en cierto sentido es egoista, porque lo que más nos preocupa es encontrarnos con la posibilidad de afrontar la vida sin aquellos que antes la iluminaban). En cierto sentido el erizo es el carácter opuesto al oso, amante de las estrellas pero incapaz de contarlas sin el concurso de su amigo el erizo. El contraste entre el que se deja llevar y el que toma la iniciativa. El contraste entre el que abre sus ojos a nuevos mundos y aquellos que se conforman con una existencia comfortable e invariable.
La expresión final del erizo muestra la fascinación por asistir al espectáculo de la vida, a las múltiples posibilidades y caminos que ésta nos brinda y a la posibilidad de aunar estas nuevas experiencias para mirar con nuevos ojos aquello que siempre es igual, de ahí que diga para sí mismo: "¿No es maravilloso estar juntos de nuevo?"