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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de William Munny:
7
Aventuras Ambientada en la Guerra de los Treinta Años, en 1641. Durante uno de sus viajes, Vogel, un antiguo profesor, llega a un apacible pueblo en un precioso valle que no ha sido afectado por la guerra que asola los alrededores. Un ejército de mercenarios también lo descubre, y acepta la oferta de Vogel de quedarse a pasar el invierno a cambio de proteger el pueblo. Pero el estilo de vida de los mercenarios choca con los habitantes del pueblo ... [+]
7 de octubre de 2006
49 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El último valle” es una maravillosa recreación histórica de un periodo completamente marginado por el cine: La guerra de los treinta años que asoló a media Europa en el siglo XVII.

Una obra poderosa y radiográfica, perfectamente ambientada y con una fotografía que saca provecho de un enclave natural de fantasía.
Relato incisivo de la mentalidad del guerrero de aquellos tiempos y las gentes de un pueblo germáno que, a pesar de sus enormes diferencias, han de aprender a convivir si quieren salvar la vida. Los primeros, esperan en el valle a que pase el invierno, los segundos, entre la admiración y el miedo lógico que les producen los soldados, intentarán contentarlos en la medida de lo posible pero pasando lo más desapercibidos posible.
El único pero lo pondrá el ente religioso (ese poder despótico que condenó a la muerte a miles de inocentes por la salvación de su espíritu y que tanto mal hizo siglos pasados), representado a través de la figura del cura. Un eclesiástico fanático e irascible que pondrá trabas continuamente a Caine y compañía y que no dudará en enfrentar a militares y civiles en cuanto se ponga en entredicho su palabra.

“El último valle” sigue los pasos clarividentes de la narración clásica, aminora el ritmo en su desarrollo (demasiado para mi gusto) para luego acelerarlo en el desenlace. Entre tanto, cuenta una historia de amor y brujería por un lado, y de traiciones y desengaños por el otro, pero lo hace sin restarle ni un ápice de protagonismo al conflicto principal de los soldados.

En el plano interpretativo, Caine tiene que lidiar con un papel difícil como pocos debido a su ambigüedad, pero que borda de principio a fin sacándolo adelante sin demasiados problemas. Y Omar Sharif, una vez más, demuestra lo gran actor que es y lo tristemente desaprovechado que estuvo por aquellos años.
Sin embargo, alguna que otra pieza del reparto no encaja del todo bien, y muchos personajes parecen estar de relleno (esto de las adaptaciones es lo que tiene). Por suerte la solidez narrativa de James Clavell logra camuflar dichos defectos e incluso utilizarlos en beneficio propio a modo de sorpresivas intervenciones (piensen en el “alcalde” del poblado y su evolución, por ejemplo). De todas formas su segunda línea de intencionalidad se percibe en algún momento pero no queda del todo clara.
Otro aspecto mejorable son las secuencias de acción, muy confusas e irreales, fatalmente planteadas. Cuestiones de presupuesto, me imagino.

Por último destacar a un John Barry que dio vida musical al relato con una banda sonora acertadísima que nos sumerge de lleno en el contexto histórico. Entre sus notas presenciamos un final tan atípico como sorprendente, algo precipitado, me dio la impresión, pero que pone un broche final de auténtico lujo a un film de incuestionable valor pero extrañamente olvidado por el gran público.
William Munny
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