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Voto de Thrall:
4
5,7
46.860
Ciencia ficción. Acción
En el año 2159, los seres humanos se dividen en dos grupos: los ricos, que viven en la estación espacial Elysium, y todos los demás, que sobreviven como pueden en una Tierra devastada y superpoblada. Rhodes (Jodie Foster), una dura gobernante, promueve una rígida ley antimigración, cuyo objetivo es preservar el lujoso estilo de vida de los ciudadanos de la estación espacial. A pesar de ello, los habitantes de la Tierra harán todo lo ... [+]
26 de agosto de 2013
81 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es habitual que Jodie Foster se embarque en proyectos que en apariencia estén predestinados al fracaso artístico (me refiero a todo aquello que aglutina el séptimo arte exceptuando la parte comercial). No creo que nadie pueda engañarla para hacer "Transformers" o "Los cuatro magníficos", que a priori huelen a blockbuster-basura (y acaban oliendo a huevos podridos al salir del cine). Me imagino que en las primeras reuniones con el equipo de producción o cuando le pasaron el guión la tía pensó "Ah mira, ¡qué interesante!. Un tema de clasismo extremo en un futuro no muy lejano, con fuertes paralelismos con lo que sucede hoy en día con la inmigración, la pobreza, la cada vez más amplia brecha entre los ricos y los pobres, la desaparición de la clase media, los derechos humanos, etc...todo ello en un contexto futurista, con naves-patera espaciales, robots ultra-sofisticados y demás. Mmmm…el director de la movida es el de la aclamada District 9, el protagonista es Matt Damon...qué diablos, ¡rodémosla!". Todo pintaba la mar de bien. Jodie tenía buenas sensaciones y yo, como espectador ansioso por su estreno, también.
Por otro lado me imagino que durante el rodaje los actores tienen una visión muy limitada de cómo está quedando la película. Ellos ruedan sus escenas (puede que en repetidas ocasiones y si eres Cindy Crawford hasta mil doscientas veces) y luego se van a casa. Y creo que Jodie se iba a cenar cada noche con el convencimiento de que las escenas que rodaba formaban parte de un todo excepcional cinematográficamente hablando y yo, todavía más ansioso por su estreno, hubiese apostado todas mis extremidades a que el resultado final constituiría una de las mejores películas de ciencia-ficción de los últimos años.
Me equivoqué de lleno.
Jodie Foster estará dándose cabezazos contra la pared hasta que su famoso coeficiente intelectual se le reduzca lo suficiente como para acabar sumida en la autocomplacencia (y con un buen fajo de billetes en la mano, obviamente).
Elysium de entrada, empieza mal. No es necesaria esa introducción para ciegos, de manual, donde se nos explica, de forma absolutamente mediocre, de qué va el tinglado. Por dios, ¡que ya se ve! A partir de ahí, la trama se desenvuelve en un clímax constante, sin pausa y con muchas prisas. Los personajes resultan planos, intrascendentes… importa dos leches lo que le pase a Max o a la jefaza de Elysium. No hace falta pensar nada ya que viene todo masticado, digerido y defecado. El espectador es idiota, ergo tratémosle como tal. El trasfondo social, cuya importancia era mucho más evidente en District 9, aquí no es más que un elemento decorativo, un fondo de escritorio para que la acción desmedida fluya sin control por la pantalla hasta llegar a un ridículo final de vergüenza ajena.
Por otro lado me imagino que durante el rodaje los actores tienen una visión muy limitada de cómo está quedando la película. Ellos ruedan sus escenas (puede que en repetidas ocasiones y si eres Cindy Crawford hasta mil doscientas veces) y luego se van a casa. Y creo que Jodie se iba a cenar cada noche con el convencimiento de que las escenas que rodaba formaban parte de un todo excepcional cinematográficamente hablando y yo, todavía más ansioso por su estreno, hubiese apostado todas mis extremidades a que el resultado final constituiría una de las mejores películas de ciencia-ficción de los últimos años.
Me equivoqué de lleno.
Jodie Foster estará dándose cabezazos contra la pared hasta que su famoso coeficiente intelectual se le reduzca lo suficiente como para acabar sumida en la autocomplacencia (y con un buen fajo de billetes en la mano, obviamente).
Elysium de entrada, empieza mal. No es necesaria esa introducción para ciegos, de manual, donde se nos explica, de forma absolutamente mediocre, de qué va el tinglado. Por dios, ¡que ya se ve! A partir de ahí, la trama se desenvuelve en un clímax constante, sin pausa y con muchas prisas. Los personajes resultan planos, intrascendentes… importa dos leches lo que le pase a Max o a la jefaza de Elysium. No hace falta pensar nada ya que viene todo masticado, digerido y defecado. El espectador es idiota, ergo tratémosle como tal. El trasfondo social, cuya importancia era mucho más evidente en District 9, aquí no es más que un elemento decorativo, un fondo de escritorio para que la acción desmedida fluya sin control por la pantalla hasta llegar a un ridículo final de vergüenza ajena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Esperpentos de guión:
Max recibe una dosis letal de radiación y sin embargo dejan que se vaya tan campante a sabiendas de que es una fuente emisora de radiactividad.
Le meten unos implantes biónicos de lo más “sutiles” a base de taladros y tornillos directamente a su cuerpo, al esqueleto, como quien monta un armario de Ikea.
Le clavan una puñalada con un cuchillo que ni el de Rambo y nada oigan, tres o cuatro puntos de sutura y arreando que es gerundio.
No se entiende muy bien el protagonismo que le dan al malo malísimo que tan obsesionado está por cargarse a Max. Al final todo se resume en un simple duelo de machos y todo lo demás queda en un segundo plano.
El final es de colleja al guionista. Resulta que los problemas del machacado y desesperante sub-mundo que es la Tierra se resuelven porque la población pueda usar las jodidas cápsulas regeneradoras. Parece ser que todo lo demás se resolverá solo y la Tierra molará tanto como Elysium o…qué se yo…Elysium será invadida por cientos de naves-patera y acabará como un toroide chabolista…no se sabe.
Y más animaladas que no comentaré por falta de espacio…
Max recibe una dosis letal de radiación y sin embargo dejan que se vaya tan campante a sabiendas de que es una fuente emisora de radiactividad.
Le meten unos implantes biónicos de lo más “sutiles” a base de taladros y tornillos directamente a su cuerpo, al esqueleto, como quien monta un armario de Ikea.
Le clavan una puñalada con un cuchillo que ni el de Rambo y nada oigan, tres o cuatro puntos de sutura y arreando que es gerundio.
No se entiende muy bien el protagonismo que le dan al malo malísimo que tan obsesionado está por cargarse a Max. Al final todo se resume en un simple duelo de machos y todo lo demás queda en un segundo plano.
El final es de colleja al guionista. Resulta que los problemas del machacado y desesperante sub-mundo que es la Tierra se resuelven porque la población pueda usar las jodidas cápsulas regeneradoras. Parece ser que todo lo demás se resolverá solo y la Tierra molará tanto como Elysium o…qué se yo…Elysium será invadida por cientos de naves-patera y acabará como un toroide chabolista…no se sabe.
Y más animaladas que no comentaré por falta de espacio…