Haz click aquí para copiar la URL
España España · Zaragoza
Voto de cassavetes:
7
Drama. Comedia Narra una historia real, la de Forrest Tucker, un ladrón de bancos que pasó la mayor parte de su vida en la cárcel o intentando escapar de ella. De hecho, logró fugarse en 18 ocasiones y cometió su último atraco en el año 2000 cuando tenía 80 años. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2019
44 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez Robert Redford haya finalizado su carrera como actor efectuando la película más autobiográfica de su carrera.

Aunque sea simbólicamente.

Hechos:

Robert Redford es, en The old man and the gun, Forrest Tucker, un ladrón de bancos que casi llega a los ochenta años (aunque en la película digan setenta y cuatro. Todos sabemos tu edad, Robert). Es decir, Robert roba. Y engaña, oculta, esconde, hasta se disfraza. ¿Acaso no es lo que ha venido el bueno de Redford, no sólo aquí, sino desde sus inicios: actuar, ser otra persona, disfrazarse de mil y un personajes variopintos pero rubios? Visto desde otro prisma: ¿acaso el bueno y el guapo de Robert (nunca fue malo, ni asaltando bancos, y que se muera el feo) no nos ha conquistado, robado y usurpado corazones en cada plano de sus historias (Robert no protagonizaba películas, protagonizaba historias)? Que diga si no Sissy Spacek, su última víctima. O, mira, Meryl.

Autobiográfica ya no simbólicamente: si Robert roba, pues ahí están El golpe, Sneakers, Un diamante al rojo vivo (si se me permite la licencia y no miro a nadie, El candidato), ¿Una proposiciòn indecente?. Y también huye, hacia adelante y de las prisiones, porque el hobby de Forrest después del robo es volver a robar tras fugarse de las cárceles. Aquí ya la película, de la cual evidentemente es el productor, entra en un guiño-coña-bucle absoluto: Brubaker, La jauría humana, La última fortaleza, Spy Game, El valle del fugitivo, Sundance Kid… ¡Corre, Forrest, corre!

Y Robert además sabe dibujar caballos. Sonríe con sorna y/o educadamente, aunque no susurre.

Ah, pero ahí estriba la diferencia. Al contrario de cómo robaba y huía en todas aquellas películas de antaño, hogaño The old man Smiles. A quien roba a un ladrón le entra la sonrisa en la boca. Y si encima es tu última interpretación, pues ya suena a sonrisa-suspiro.

Quizá por eso sea todo la gran coña, la gran película aglutinadora.

(Paréntesis número 1: ¿Soy el único (y si es así ya lo digo: soy el único) que piensa que el papel que hace Casey Affleck fue subastado también para Mark Ruffalo? ¿Alguien dice me too?).

(Paréntesis número 2: dos peros cinematográficos: el final quizá se alargue y que no salga más Sissy Spacek).

Acaso pues sea tu edad de lo único de lo que podamos estar seguros, pero en definitiva… ¿nos han estado engañando o no todo este tiempo y nos has estado contando, Robert, una sarta de pamplinas tipo "si hago películas para financiar Sundance"? Robert, queremos la verdad. Porque para rematarlo, lo que cuentan en la película es una historia real.

Habla ahora o sonríe para siempre. A mí al menos cuando entras en el último banco la sonrisa me la dibujas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cassavetes
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow