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España España · madrid
Voto de Padrinoh:
4
Acción. Drama Bob Hodges es un policía experimentado que trata de enseñar a su joven pupilo Danny McGavin a sobrevivir patrullando en la zona este de L.A., donde impera la ley de las bandas callejeras. (FILMAFFINITY)
20 de abril de 2007
27 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor Dennis Hopper decidió ponerse detrás de las cámaras para dirigir este mediocre drama sobre dos policías, uno veterano y sabio (Robert Duvall) y el otro joven e impulsivo (el entonces marido de Madonna, Sean Penn), que deben patrullar los peligrosos guetos de Los Ángeles para controlar las luchas entre bandas que allí se fraguan. El guión de la película está realizado por Richard Di Lello que, para realizarlo, acompañó a una patrulla del Departamento de Policía de Los Ángeles durante varios meses, lo que confiere una creíble aura de realismo al film; a ello también ayudan las impecables interpretaciones de sus dos protagonistas, los siempre efectivos Duvall y Penn, y de un interminable elenco de actores no profesionales que hacen de mafiosos, gangsters y pandilleros (muchos de ellos interpretándose a sí mismos, seguramente).

A pesar de todo, la película falla en muchos aspectos, como su carente sentido del ritmo, el alargamiento innecesario de muchas escenas, los ortopédicos diálogos entre los distintos personajes (atención al chiste que el agente veterano le cuenta al joven, que encierra, patéticamente, la moraleja del filme) o historias paralelas mal llevadas (como es el caso de la relación de amor entre los personajes de Penn y Alonso); además, la película es excesivamente larga.

En lo referente a su relación con el rap, la película, al tratar el tema de las bandas callejeras, tiene mucho que ver con este movimiento. Ya desde los primeros títulos de crédito podemos ver cantidad de graffitis en las paredes de los barrios, escenas aisladas en las que aparece algún breaker, multitud de pandilleros ataviados con las prendas típicas de los primeros gangstas de la Costa Oeste (en aquellos tiempos de los míticos N.W.A) y una buena sucesión de temas añejos de Big Daddie Kane o Ice-T (que realizó el tema principal de la película) entre muchos otros, todo ello impregnado de un exquisito sabor old school que gustará a los más nostálgicos.

En el apartado de las anécdotas, se pueden resaltar las primeras y cortísimas actuaciones de Don Cheadle (Ocean’s Eleven, Hotel Rwanda) o Damon Wayans (El último boy scout, Scary Movie) y un cameo casi imperceptible de B-Real de Cypress Hill, que os reto a que encontréis. Ojo, también, al retrato que se trata de hacer de las conocidas bandas Crips y Bloods enfrentadas a muerte desde sus inicios y tristemente conocidas por su extrema violencia y su profunda relación con el hip hop (como bien sabía 2Pac y como bien sabe The Game, por poner dos ejemplos). Además de la excelente banda sonora original con la que cuenta el film, otro interesante reclamo es la colaboración de la por entonces todavía sex-symbol latino María Conchita Alonso, que aparece aquí enormemente favorecida.
Padrinoh
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