El director británico RICHARD EYRE nos sumerge en ésta adaptación cinematográfica sobre una novela del escritor IAN McEWAN que incluso guioniza la película, sobre el apasionante entramado judicial y que tantas grandes obras nos ha dejado, aunque sean los americanos, quienes hayan alcanzado el estatus más alto en el género judicial.

Se nota y para bien el sello británico en EL VEREDICTO recreando una composición sobria y elegante del mundo que rodea a la jueza del tribunal superior de justicia inglés Fiona Maye, estupendamente interpretado por EMMA THOMSON y con un matrimonio en horas bajas, magnífico y siempre eficaz STANLEY TUCCI, como el marido a la sombra de una mujer, socialmente, tan relevante. Una mujer a la que no tiembla el pulso en anteponer siempre su criterio ético a otro tipo de circunstancias morales, como el dilema que se le presenta, teniendo que resolver sobre la negación de un menor de edad a someterse a una transfusión de sangre, por ser testigo de jehová.

Si bien el asunto ya de por sí genera un encendido debate, hay momentos en que el aspecto melodramático alcanza algún momento sonrojante y, en mi opinión, prescindible. Quizás si la elección del menor hubiese sido la de uno menos “agraciado”que el joven actor FIONN WHITEHEAD, habría generado una corriente de simpatía mayor, al salirse del ya manido estereotipo de adolescente guapo y fotogénico con el consabido devenir de los acontecimientos y que a mi ya me cansa un poco.

No obstante la película se deja ver estupendamente, está hecha con mucho oficio y talento y uno sale del cine con unas cuantas preguntas en la cabeza que hacerse, lo cual es siempre bienvenido.