Una robot-tía buena, intenta huir de un malo malote, que es Bruce Willis en un Domingo por la tarde (solo le falta el pijama), perseguida por guardias armados hasta los dientes con automáticas, equipamiento, linternas y toda la pesca, cuyo entrenamiento para llegar a ser lo que son, se desarrolló tal que:

- Buenos días. ¿Le acertaría a una vaca en un pasillo?
+ No.
- Contratado.

Lo que es hiriente, eso es verdad, es todos y cada uno de los diálogos de la película. Un personaje principal entre Kurt Russell y Cobra, un mejunje de clichés imposibles y un bostezo tan grande, que me he asomado a la ventana para hacerlo a gusto y hay tres UVI móvil atendiendo ancianos en la calle.

Advertidos están. Ahora, si la ven, es a su propio riesgo.