En su primer episodio ya se nos muestra que es una serie tramposa, aburrida y previsible. Si bien estaré de acuerdo con que el planteamiento es interesante a partir de ahí el episodio va cuesta abajo. El absurdo de la situación, que es prometedor, se ve superado por el absurdo de sus personajes que no reaccionan como personas de carne y hueso sino como marionetas del guionista que solo nos llevan a mostrar lo dantesco sin importar que la historia quede deshumanizada. No hay sutileza, los personajes secundarios son simplones y nada decididos. De ahí que todo es previsible y aburrido, sabes lo que va a pasar a cada paso porque es un guión para niños. Y es tramposa porque al huir a lo extravagante nos evita contarnos una historia humana. Es falso de cartón y es doloroso porque pudimos haber visto una gran historia de calamidad moderna. En vez de eso nos sirvieron una ración de asquerosidad barata. Ahora sí, no se equivocan los guionistas al pensar que el público de la televisión pequeña le encantan los detalles morbosos así que puede que te guste y lo sigas hasta el final sin despegar los ojos, pero cuando reflexiones sobre lo que acabas de ver, tal vez veas lo que yo veo.