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Voto de Ziryab:
6
6,9
47.440
Ciencia ficción. Acción. Bélico
El Imperio Galáctico ha terminado de construir el arma más poderosa de todas, la Estrella de la muerte, pero un grupo de rebeldes decide realizar una misión de muy alto riesgo: robar los planos de dicha estación antes de que entre en operaciones, mientras se enfrentan también al poderoso Lord Sith conocido como Darth Vader, discípulo del despiadado Emperador Palpatine. Historia ambientada entre los episodios III y IV de Star Wars. (FILMAFFINITY) [+]
30 de diciembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Os imagináis que los prescindibles episodios I y II de La Guerra de las Galaxias se hubieran resumido en uno solo, que el oscuro episodio III hubiera sido el segundo de la serie y que ésta Rogue One fuera el tercero? ¿Y os imagináis también, por supuesto, que ese infame Episodio VII: El despertar de la fuerza no hubiera pasado nunca de ser un mal sueño? De haber sido así, la saga Star Wars -y Lucas por extensión- habría conservado la dignidad que resultó seriamente mancillada con las precuelas y definitivamente perdida con la broma de pésimo gusto que fue la anterior entrega del serial galáctico.
He descubierto la palabra spin-off con la promoción de esta película, pero suena a capricho de márketing. Podría haber llevado perfectamente un número entero si lo hubiera entre el III y el IV, y no es en cualquier caso más ni menos spin-off que los episodios I o II e incluso que La venganza de los Sith. En el discurso narrativo de la saga, Rogue One tiene más coherencia y sentido que cualquiera otra de las películas de Star Wars, trilogía original al margen, por supuesto. Es el preámbulo perfecto de la película original, la de 1977, que empezaba poniendo en poder de la princesa rebelde Leia Organa los planos de la estación espacial Estrella de la Muerte, corazón del poder imperial.
Rogue One nos cuenta la historia de la construcción de la Estrella de la Muerte y el robo de esos planos por los rebeldes, ayudando incluso a entender mejor la trama del episodio IV sin necesidad de reinventar la historia original (como llegan a hacer las precuelas al inventar el personaje de Anakin Skywalker y tratar de justificar su paso al Lado Oscuro convertido en Darth Vader). Antes bien, Rogue One respeta las películas y a los personajes originales, sin tocarlos ni retocarlos, sin matizarlos, sin darnos nuevas explicaciones sobre ellos. Son imágenes de altar que están ahí y punto, que ya tuvieron su historia y a los que no hay que mover más; sólo reverenciarlos. Salen el comandante Tarkin, Darth Vader y algún otro personaje que no revelaré por no hacer spoiler, incluido un inesperado y bienvenido "cameo" final, pero, excepto los dos citados, no intervienen en la trama de esta historia sino que se limitan a redondearla con su presencia, ofreciendo además el guiño cómplice que todo amante de la saga agradece.
La película se distancia del resto de las entregas de la serie sin dejarlas de tener como referencia ni, como hacía el episodio VII, perderles respeto. La música es nueva pero guarda el espíritu de la original (en mi opinión eso es un acierto, y no es tan mala como leo por aquí), la pirotecnia de efectos especiales arropa la historia sin engullirla y los nuevos personajes no pasan de ser secundarios con protagonismo que no aspiran a hacerle sombra a los originales.
Por si no fuera suficiente con esto, la película se deja caer con un tono oscuro y reflexivo totalmente novedoso en relación a cualquier otra película de la serie y plantea un dilema ciertamente incómodo si no fuera porque no es cuestionable quienes son los malos malísimos de la historia y que son malos malísimos. Quiero decir: los rebeldes tienen un perfil espinoso... Me explico mejor en el spoiler.
En definitiva, Rogue One ha sido capaz, contra todo pronóstico, de aportar algo interesante a un universo donde, por la tediosa cadena de tonterías iniciada en 1999 con La amenaza fantasma, realmente parecía que todo lo que había que decir estaba dicho ya en 1983 cuando concluyó la trilogía original.
Una muy grata sorpresa en definitiva, a la que no doy más puntos por no meterle más nota de la que le tengo puesta a la película madre de todo esto.
He descubierto la palabra spin-off con la promoción de esta película, pero suena a capricho de márketing. Podría haber llevado perfectamente un número entero si lo hubiera entre el III y el IV, y no es en cualquier caso más ni menos spin-off que los episodios I o II e incluso que La venganza de los Sith. En el discurso narrativo de la saga, Rogue One tiene más coherencia y sentido que cualquiera otra de las películas de Star Wars, trilogía original al margen, por supuesto. Es el preámbulo perfecto de la película original, la de 1977, que empezaba poniendo en poder de la princesa rebelde Leia Organa los planos de la estación espacial Estrella de la Muerte, corazón del poder imperial.
Rogue One nos cuenta la historia de la construcción de la Estrella de la Muerte y el robo de esos planos por los rebeldes, ayudando incluso a entender mejor la trama del episodio IV sin necesidad de reinventar la historia original (como llegan a hacer las precuelas al inventar el personaje de Anakin Skywalker y tratar de justificar su paso al Lado Oscuro convertido en Darth Vader). Antes bien, Rogue One respeta las películas y a los personajes originales, sin tocarlos ni retocarlos, sin matizarlos, sin darnos nuevas explicaciones sobre ellos. Son imágenes de altar que están ahí y punto, que ya tuvieron su historia y a los que no hay que mover más; sólo reverenciarlos. Salen el comandante Tarkin, Darth Vader y algún otro personaje que no revelaré por no hacer spoiler, incluido un inesperado y bienvenido "cameo" final, pero, excepto los dos citados, no intervienen en la trama de esta historia sino que se limitan a redondearla con su presencia, ofreciendo además el guiño cómplice que todo amante de la saga agradece.
La película se distancia del resto de las entregas de la serie sin dejarlas de tener como referencia ni, como hacía el episodio VII, perderles respeto. La música es nueva pero guarda el espíritu de la original (en mi opinión eso es un acierto, y no es tan mala como leo por aquí), la pirotecnia de efectos especiales arropa la historia sin engullirla y los nuevos personajes no pasan de ser secundarios con protagonismo que no aspiran a hacerle sombra a los originales.
Por si no fuera suficiente con esto, la película se deja caer con un tono oscuro y reflexivo totalmente novedoso en relación a cualquier otra película de la serie y plantea un dilema ciertamente incómodo si no fuera porque no es cuestionable quienes son los malos malísimos de la historia y que son malos malísimos. Quiero decir: los rebeldes tienen un perfil espinoso... Me explico mejor en el spoiler.
En definitiva, Rogue One ha sido capaz, contra todo pronóstico, de aportar algo interesante a un universo donde, por la tediosa cadena de tonterías iniciada en 1999 con La amenaza fantasma, realmente parecía que todo lo que había que decir estaba dicho ya en 1983 cuando concluyó la trilogía original.
Una muy grata sorpresa en definitiva, a la que no doy más puntos por no meterle más nota de la que le tengo puesta a la película madre de todo esto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Me refiero a que los rebeldes se comportan con maneras de terrorista: ¡ese actuar por su cuenta al margen de las decisiones de los órganos políticos de decisión -léase "el Consejo"! ¡esas escaramuzas a los centros de poder! ¡esas bombas lapa! ¡ese odio a las "fuerzas del orden"!. Alguna vez, de hecho, los guardias imperiales llegan a llamarlos textualmente "terroristas". Y hay un diálogo crucial entre el capitán Cassian y la joven Jyn Erso en el que el tema sale a relucir directamente castigando la conciencia de Cassian. "He hecho cosas horribles por una causa..., he matado a gente por ella...; si abandono ahora, todo eso habrá sido para nada..." -dice. Los argumentos de la rebelión para alzarse contra el Imperio podrían ser esgrimidos por cualquier descerebrado grupo terrorista para levantarse contra su teórico opresor. Y aún podría rizar el rizo: ¿es casual que haya personajes vestidos con algo muy parecido a un burka paseando por esa ciudad de arena y cal que sufre el bombardeo inmisericorde del Imperio? La cosa escuece a poco que te pares a pensarlo, e incluso daría para una revisión en clave paranoica si uno se rebajara a ese nivel, y añade en todo caso la excusa para una lectura adulta de profundidad que francamente sorprende.
En este sentido, tampoco quiero dejar de detenerme unas palabras en Galen Erso, el ingeniero constructor de la Estrella de la Muerte, personaje sin precedentes en toda la saga por sus paradojas y contradicciones, por resistirse a ser etiquetado como bueno o malo y el por complejo dilema ético que le atormenta y que le hace esquivo a juicios de valor. ¿Se justifica la comisión del mal con el argumento de que, de no haberlo hecho tú, lo haría otro, y lo haría aún con peores consecuencias? Y sobre todo, ¿sirve de justificación ante uno mismo?
En este sentido, tampoco quiero dejar de detenerme unas palabras en Galen Erso, el ingeniero constructor de la Estrella de la Muerte, personaje sin precedentes en toda la saga por sus paradojas y contradicciones, por resistirse a ser etiquetado como bueno o malo y el por complejo dilema ético que le atormenta y que le hace esquivo a juicios de valor. ¿Se justifica la comisión del mal con el argumento de que, de no haberlo hecho tú, lo haría otro, y lo haría aún con peores consecuencias? Y sobre todo, ¿sirve de justificación ante uno mismo?