Ahora sería imposible hacer una película con el tono que tiene “Fugitivos”. El tema del entendimiento y respeto entre las diferentes razas (que existen aunque lo nieguen), no se abordaría así. Ahora introducirían música étnica, un par de polvos interraciales, bastante violencia de la mal llamada de género y por supuesto todo tipo de primeros planos de un niño negrito mirando a cámara.

Afortunadamente Stanley Kramer no es un pusilánime, no necesita retórica ni marketing fácil para hablar de los prejuicios entre personas a priori diferentes y sobre todo de la amistad, sobre esto último, una de las más grandes películas que hayan tratado ese tema.

No me extraña por tanto que tenga una puntuación tan paupérrima, en “Fugitivos” los protagonistas no pertenecen a una ONG, al contrario son delincuentes y si al principio colaboran por interés, al final han creado unos vínculos más fuertes que el acero.

Una de las tres mejores películas de toda la carrera de Stanley Kramer, productor antes que director, y que ha pesar de ser un hombre liberal nunca fue perseguido por la Caza de brujas. ¿Saben por qué? Porque supo desde el principio que la verdadera libertad no se encuentra en una trinchera.

Nota: 8,3.