Los estudiosos no se ponen de acuerdo cuando se trata de hablar de westerns naturalistas contemporáneos, sobre todo en hablar del primero.

No es tema sencillo, aunque el común de los mortales les señalará
“Las aventuras de Jeremías Johnson” de Sydney Pollack, evidentemente hay otros antes, pero sin duda ese fue el más famoso. El propio Pollack tiene uno mucho anterior “Camino de la venganza” que recomiendo vivamente.

Anteriores al que protagonizó Robert Redford tenemos también “Un hombre llamado Caballo” de 1970, donde Richard Harris saltó definitivamente al estrellato en un papel que ha pasado a la historia. Su impacto fue tal, que había que seguir con el tema y su siguiente trabajo fue “El hombre de una tierra salvaje”, que es una especie de secuela, sin serlo, de la anterior, concebida y rodada buscando la estela y éxito de la citada, aunque nunca lo logró.

Los ingredientes son muy parejos, el mismo productor Sandy Howard, el mismo guionista Jack DeWitt y el mismo protagonista Richard Harris. Se cambiaron pocas cosas, entre ellas al director, sustituyendo uno de perfil bajo por otro del mismo estilo, y es que en este tipo de películas el director no es muy relevante. Lo importante es que cobrara poco y se dejara mandar, como fue el caso de Richard C. Sarafian.

La historia tiene gran fuerza desde sus primeros planos, y no tiene concesiones en el argumento. El territorio y la naturaleza aparecen como unos protagonistas más del film, a los que un espléndido Richard Harris y sobre todo John Huston –en uno de esos papeles estrambóticos que tanto gustaba hacer- ayudan a dar credibilidad e ironía en cada secuencia. No es tampoco una película panteísta o proindia, es simplemente un retrato objetivo de un mundo el de los colones y cazadores que distaba mucho de acercarse a los caballeros de pelo engominado y dientes de porcelana que vemos en otros westerns, que tienen otras virtudes pero desde luego no la del realismo.

Y por favor, este western no fue rodado en Almería, sino en el Sistema Central, concretamente en Ávila, hasta IMDb se equivoca a veces, sólo basta con tener ojos en la cara, viajar y tener un poco de cultura.

Si les gusta el cine sin aditivos en un entorno salvaje, enhorabuena, va a disfrutar de lo lindo.

Nota: 7,1.