Uno de los clásicos del cine de acción de los ochenta por antonomasia que sirvió para que una generación de chicos quisiera ser miembros de las fuerzas especiales, para que compraran los coleccionables de Nam o para que se compraran el machete King Jungle o que les diera por las acampadas.

La película no es conservadora, es militarista, que es diferente, se trata de contraponer los valores de la vida castrense con los de la sociedad civil, esta última representa una forma de vida corrupta que carece de valores auténticos y que no capaz de entender lo que sus hombres hacen en el frente.

El mensaje es el siguiente: Fueron los políticos, periodistas y en general el pueblo aburguesado y blando norteamericano el que impidió ganar la guerra de Vietnam.

Por lo tanto la historia va en contra de una de las máximas de toda democracia: La supremacía de la sociedad civil sobre todo lo militar. Incluso la participación de civiles en el ejército, como son la Guardia Nacional, es caricaturizada como domingueros que van con la cámara de fotos a todos los sitios, algo que también pasa a nuestros reservistas actualmente.

La película también incide en otro de los grandes mitos del pensamiento medio norteamericano: La de sus soldados preparados para combatir en las más duras condiciones e invencibles en la lucha cuerpo a cuerpo. Totalmente falso. Si Estados Unidos ostenta la superioridad hegemónica militar en el planeta es por su capacidad técnica y tecnológica en armamento, no por sus cuerpos especiales dando patadas. Si se tratase de darle al cuchillo y al puño solamente los hijos del Tío Sam no estaban ni en octavos de final.

Magníficamente rodadas las escenas de la persecución y caza en el bosque, muy cercana al género de terror.

La mejor película de Ted Kotcheff, director mas proclive a la comedia bufonesca que a la acción, pero que en esta ocasión consigue sobradamente lograr el objetivo que se proponía: Recordar a los norteamericanos que están donde están por su ejército y no por sus hamburguesas.

Varios puntos fuertes más: Extraordinaria la interpretación de un poco reconocido Brian Dennehy, gran tema de Supertramp con el It's A Long Road y magnífica fotografía del húngaro Andrew Laszlo (“Shogun”), que ya antes había trabajado en otra película de acción con bosques como la estupenda “La compañía Bravo” de Walter Hill.

Nota: 6,8