Hay películas que llegan tarde, otras llegan pronto y otras nunca llegan, no porque no se realizasen, sino porque se las mantiene en el desprecio o en la ignominia por despecho. Eso le ocurre a “Revenge”.

Es una película esta de malditos, de gente que hay que crucificar porque caen mal. El ejemplo más paradigmático es Kevin Costner que fue triunfar con “Bailando lobos” y en este país se le empezó a odiar. Algo parecido le pasa a Tony Scott, criticado por ser el hermanísimo, cuando en España el tráfico de influencias es el mayor de toda Europa y el enchufismo funciona como Decreto-Ley.

Tampoco el guionista, Jim Harrison, un excelente novelista, ha tenido el éxito que merecería en su país. Medio indio, enemigo de ambientes urbanos y desarrollos industriales, nunca ha sido del todo bien visto, a pesar que algunos le consideren lo mejor que ha dado el país desde Faulkner o Hemingway. A excepción de la adaptación de “Leyendas de pasión” el resto de su obra llevada al cine no corrió mucha fortuna. Tampoco “Revenge” claro está.

Y eso que creo que es una película que aúna de forma excepcional el romanticismo con la acción, algo muy complicado de lograr, ejemplos muy pocos se podrían dar. Habría que dejar de lado los complejos y disfrutar de una película como esta, que es una tontería muy bonita, muy bella, con un Anthony Quinn de nuevo magnífico, y además porque nunca Madeleine Stowe, estuvo más hermosa que aquí.

Nota: 6,3.