La trama de esta película, basada en hechos reales, está ligada a la forma en que vemos a los animales y su trabajo con nosotros, los llamados hombres.
En el periodo de entreguerras, Estados Unidos destacaba por sus caballerías, mientras otros países comenzaban ya a apostarle al desarrollo de grandes industrias armamentistas. El coloso país del norte no se iba a quedar atrás y por ello, bajo la dirección del general Douglas MacArthur, se emprende una campaña progresista en la que los primeros que deben ser sacrificados son los cientos de caballos que no hacen sino desangrar económicamente al país. Ese es el argumento que cruza la decisión de llevar a cabo una vil matanza de animales.
Sin embargo, un oficial y cuatro suboficiales desatienden esta decisión y deciden "raptar" a los animales para evitarles tan villana muerte.
De eso va la trama: lo que viene serán persecuciones y enfrentamientos en medio de una cultura de la obediencia y el respeto como la del ejército. A partir de allí se pueden desplegar varias reflexiones sobre la irracionalidad militar así como la objeción de conciencia.
Un buen relato histórico con muy buen manejo de las caballerías y de lo que les ocurre, a pesar de que en realidad ningún animal sufrió en la realización de este filme.