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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
6
Drama. Fantástico En la Roma del siglo I después de Cristo, dos estudiantes, Encolpio y Ascilto, discuten sobre a quién corresponde la propiedad del adolescente Gitone. El niño escoge a Ascilto, y sólo un terremoto salva a Encolpio del suicidio. A partir de entonces, Encolpio vivirá una serie de aventuras y desventuras para conocer nuevos amores. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2005
50 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada dar las gracias a Giuseppe Rotunno (dir. de fotografía también del Gatopardo). Él tiene gran parte de culpa de que la imaginación exuberante y la escenografía de Fellini quede plasmada de forma bellísima. Es eso precisamente lo más destacado de la cinta ya que toda la grandilocuente vertiente visual es fastuosa; los peinados, el maquillaje y vestuario, el vivo contraste cromático (con colores muy “pop”) y la iluminación (las calles de la ciudad al principio de la película parecen de una historia de ciencia ficción, con azules metálicos y brumosos, grises y reflejos húmedos en las paredes), los turbulentos cielos, barcos que parecen monstruos marinos acorazados, las sombras en las paredes, el polvo arremolinado alrededor de los actores, la reconstrucción de la ciudad con enormes decorados, y unos exteriores (también artificiales en la mayoría de los casos) que provocan una malsana sensación similar a la visión del sexo que nos ofrece la película y encajan perfectamente con la atmósfera de pesadilla filmada que tiene. Interesantes las reflexiones que he leído sobre el uso del espacio, desecha Fellini el fuera de campo y la elipsis y trata de aprehender todo el espacio con el que cuenta, mostrando los decorados y los detalles en un afán exhaustivo de mostrarlo todo (“ya que lo he construido...”, imagino que pensaría).

La película nos ofrece una visión del libertinaje de la Roma imperial bastante sombría y decadente (el libro de Petronio no es más que una excusa). Está narrada (por decir algo) de forma episódica (pero dispuestos los episodios de forma abrupta, a saltos y sin rigor) y nos cuenta las distintas vicisitudes por las que pasa el protagonista, pero sin un hilo conductor que la haga entretenida y al que se pueda agarrar el espectador, que acaba siendo fagocitado por tanto exceso visual y alegórico, por el ego desmedido de Fellini, por sus sueños, ambiciones estéticas y (más que nunca) caprichos.

Una película para ver en pantalla grande. Desgraciadamente la he visto en TV (pierde gran parte de su encanto) y la nota se resiente por eso.
Bloomsday
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