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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
6
Comedia. Drama. Romance Una stripper quiere tener un bebé. Sin embargo, no consigue convencer a su novio, razón por la cual decide entonces pedir ayuda a su mejor amigo... (FILMAFFINITY)
7 de octubre de 2014
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
CINE:

"Estamos en un mundo en el que Colón era Georges Méliès". Edgardo Cozarinsky.
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Decir una verdad y una mentira es lo mismo, no te cambia el gesto; dice Angela (Anna Karina) en la película. Para Godard el cine es así, una verdad y una mentira conviviendo como si no hubiera diferencia entre ellas.

Por eso, él cuestiona su lenguaje y su ficción, juega al cine sin vestirlo de mímesis o suspensión voluntaria. Si hacer cine es mentir, Godard propone ser conscientes de ello para hacer verdad de la mentira. Es decir, todos los recursos están tratados desde el homenaje y el amor al cine; la mentira del cine se convierte así en la verdad de la cinefilia, la deconstrucción y la ironía. Los actores miran a la 4ª pared, se hace un uso caprichoso del montaje y la música delatando la farsa, se muestran los pespuntes de estructura de la trama ("A la altura del acto tercero la heroína duda... Es lo que Moliere llamaba suspensión"), el cine se presenta intertextual con insultos que son portadas de libros y citas literarias que pronuncian el pensamiento de los personajes, se rotulan intertítulos en el doble juego de un supuesto narrador omnisciente…

Siempre la mano urdidora de la película −director− presente, la condición de lenguaje y de ficción delatada en su artificio. Todo remite al collage, a porciones de lenguaje transversales que se filtran no siendo unidad comunicativa, sino un sistema de acordes y desacuerdos a través de una suma de elementos y géneros cinematográficos.


REALIDADES:

Godard no pretende pasar por el aro de las credulidades, su cine está dentro del propio cine; es una celebración y delación del hecho cinematográfico mismo. Mezcla referencias y géneros desde la hipérbole naïf y la gamberrada plenamente consciente de la parodia que lleva implícita toda afectación. El francés, así, engola la voz y se llama a sí mismo "obra maestra". Y puede hacerlo, porque su cine es un mundo construido a través de piezas cinéfilas y artísticas. No es naturalista, no pretende hacerse pasar por “verdad” narrativa. Porque la verdad es lo mismo que la mentira. E incluso cuando enarbola el “realismo” (llegó a afirmar que este film suponía el encuentro entre el musical y ¡el neorrealismo!), es neorrealismo y es cinéma vérité. Es decir, en Godard el “realismo” está tratado como un elemento plenamente fagocitado por el cine. No son realidades las que enseña sino géneros cinematográficos. Y cualquier género es susceptible de ser tratado de forma tan falsa como los supuestamente más falsos (ciencia ficción o musical).


GÉNEROS Y REFERENTES:

"No sé si esto es una comedia o una tragedia".
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Por eso, lo que a priori parece un homenaje sui generis al musical acaba siendo una macedonia de frutas: mixtura de musical, comedia romántica, drama, etc. Choque dialéctico de referencias y géneros en constante pugna, organizados como la orquesta que afina al principio del film. Elementos que van relacionándose e interactuando cual instrumentos a medida que el metraje se desarrolla entre planos editados con la agresividad de un fraseo jazzístico (abruptos saltos de montaje, cortes arbitrarios de sonido).

En ese tótum revolútum, el musical clásico se encuentra con el cinéma vérité. La mezcolanza se explica en esta frase de Godard sobre el personaje de Michel Piccoli en la película El desprecio: "A character from Marienbad who wants to play the role of a character in Rio Bravo". Es decir, el cine como fiesta de disfraces; el cine como mundo aparte donde cabe todo lo que sea cinematográfico.

Y ahí cobra sentido el juego de abalorios de unas referencias que se multiplican: L'opéra Mouffe (Agnes Varda), Cyd Charisse y Gene Kelly, Bob Fosse, CinemaScope, los colores chillones de Minnelli, Belmondo se llama Alfred Lubitsch (remitiéndonos al director de otro film −Design for living− sobre el ménage a tres bandas)…


MUSICAL:

El realizador francés juega con el musical señalando la artimaña que supone una narración que se interrumpe para que Fred Astaire baile. Así, Godard introduce coreografías de plano fijo y postura absurda. O el momento 01:19:35 ( http://www.youtube.com/watch?v=iN8ZEAdNZsc ) en el que Anna Karina anda al ritmo de la música, se deja mecer por el musical, sigue su rumbo, la orquesta llena el plano... ella nos da la espalda y cuando debe empezar a cantar, remarca la quiebra del desarrollo normal del film sin disimulos, espetándonos un "no sé qué decir".


EL FABULOSO MUNDO DEL CIRCO:

Y pese a todo, pese a las capas de ironía autoconsciente, pese a la impostura y la humorada, Godard se permite momentos de ternura y confesión que llenan el film (las emociones de Angela, su ansia materna, su instinto de mujer). A ello coadyuva la sencillez de la trama central (el realizador consideraba que la vida y su verdad habitaba en la simplicidad y la ficción: "Through theatrical imagination and fiction one arrives at the reality of life"). Siempre desde la máscara y la boutade de enfant terrible, el director a ratos pareciera el clown que llora corriéndosele el maquillaje después de un recital de caídas, tartazos y chistes (probablemente malos).
Bloomsday
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