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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
6
Terror. Intriga. Drama. Animación En una extraña familia, un niño vive atemorizado por sus padres y se evade de la realidad inventando a una mujer que lo quiera y lo acepte. Uno de los primeros trabajos de David Lynch, realizado con sólo 24 años. (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2014
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS

«A comienzos del siglo XX la representación literaria de los siniestro se va desplazando hacia otro ámbito, abandona la condición de subgénero (…) y se convierte en literatura sin más, en representación de lo real cotidiano». 'Soñando monstruos. Terror y delirio en la modernidad'. Vicente Serrano.


Es un lugar común afirmar que lo racional se diluye en Lynch; lo sabemos todos. Su cine parece hoy día una especie única, pero en realidad su filmografía no es más que un estadio (desquiciado y postmoderno) en una evolución que viene de muy lejos.

Lo ominoso freudiano corresponde a aquello que siendo familiar es también tenebroso: «Tomemos lo ominoso de la omnipotencia de los pensamientos, del inmediato cumplimiento de los deseos, de las fuerzas que procuran daño en secreto, del retorno de los muertos». Sigmund Freud.

Es un concepto donde confluyen siglos y siglos de arte y literatura. El elemento aglutinador de una progresiva interiorización, desmaterialización y humanización de lo terrorífico hasta una visión inconsciente de lo Desconocido en la narrativa moderna.

Al principio, la representación del terror era física y sobrenatural. Lo que Sartre ('Escritos sobre literatura') llama “embrujamiento de la materia”: cíclopes, demonios medievales, vampiros, etc. La literatura fue paulatinamente convirtiendo todo eso en intimidad a los lomos primeros de un Romanticismo que superaba lo cartesiano mediante lo pasional y el 'Sturm und Drang' (Hegel consideraba la subjetividad el principio de lo romántico).

El hombre pasó a ser amasijo de emociones y miedos, el centro de un nuevo tipo de universo fantástico que no precisaba de criaturas mitológicas. El minotauro ya no era sino un doppelgänger con forma de William Wilson. El terror, así, como espejo, retrato (Dorian Gray) o dualidad (Mr. Hyde). Lo siniestro superaba efigies góticas (Frankenstein, que ya desde una forma inhumana apunta a miedos recónditos) hacia un terror implícito y subterráneo (Joseph Conrad, Henry James). Se contaminan de esa manera las conciencias y lo cotidiano. Los fantasmas son proyecciones de nosotros mismos. El Laberinto de Creta muda, en Kafka, a proceso judicial. El miedo como incubación de una metamorfosis gestada en tu propia habitación. Según Sartre, para Kafka el hombre es el único objeto fantástico.

El terror es atmósfera y clima, ya no hay duendes ni hechiceros. Es una temperatura que nos envuelve brotando de nuestro propio cuerpo. Lo fantástico pasa a ser, según Todorov, “fantástico generalizado”. La perspectiva se nos confunde al enfrentar monstruos internos como si fueran externos y el misterio pasa a ser omnipresente, porque es propio: «La diferencia entre el cuento fantástico clásico y los relatos de Kafka: lo que en el primer mundo era una excepción se convierte aquí en la regla». Tzvetan Todorov ('Introducción a la literatura fantástica').


2) LA ABUELA

Schelling: «Lo siniestro (das Unheimliche) nombra todo aquello que debió haber permanecido en secreto, escondido, y sin embargo ha salido a la luz».


Rodada con una beca del American Film Institute de tan solo 7.000 dólares, La abuela es un film que permite reconocer gran parte del mundo lyncheano posterior, aún en estado de gestación primeriza.

Lynch apela a lo demasiado humano desde lo siniestro. Su mundo es la deformidad de lo doméstico, una psique que observa e interpreta el impulso, el subconsciente o inconsciente desde un “ello” oscuro que desfigura las pulsiones, los instintos y los traumas.

Así en La abuela, por ejemplo, la paternidad queda reducida a utensilios al ser observada (tenderete, rulos, bata de guatiné, whisky, taza, café, tirantes…) y el ideal de amor y protección que es la propia abuela nace de una crisálida amorfa en algo parecido al parto de una burra («Las abuelas ofrecen un amor incondicional. Y eso es lo que ese chaval invoca». David Lynch).

Esa perspectiva alucinada y desmitificadora de las cosas cristaliza a través del estilo y los recursos técnicos: el blanco y negro de las habitaciones y paredes fotografiado en color para potenciar brillo y contraste, el maquillaje, los sonidos ampliando sensaciones, el pixilation… Recursos que habitan una región intermedia entre los zombies-Romero (1968) o el Bergman en B/N más aterrador y expresionista (Michael Chion compara 'The Grandmother' con 'La hora del lobo').

... (sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bloomsday
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