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Colombia Colombia · Bogotà
Voto de Hetrigan:
10
Drama Pelí­cula sobre la esterilización de mujeres campesinas por miembros del llamado Cuerpo de Paz de Bolivia. (FILMAFFINITY)
28 de marzo de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo posible la efectiva unión de los pueblos Latinoamericanos y agradezco a ésta obra la contemplación de uno de los principales y más problemáticos veneros que no deja de impedirnos como sociedad bien distinta a cualquier otra. De otro lado resulta también muy grato el agresivo posicionamiento político que contrasta agriamente nuestra adormecida actualidad de correctísimos sofismas de distracción política. La magia de la película incluso, de forma casi mística incrementa orgullosa su leyenda a guisa de precariedad técnica (de sonido primordialmente) y un mensaje que por más polvo que acumule durante los años de los años jamás perderá su vigencia, configurando así una identidad intemporal y hasta paradójica como esas bellas altiplanicies trayentes aun de ecos de sangre Americana pura o mezclada, bien que regada.
Dados elementos tan dicientes como la disparidad de casitas de bareque y adobe contra los futuristas diseños inmobiliarios, la humildad Aymara frente al pensamiento americano que cree que todo es comprable; a su vez prefigurando formas de pensamiento vital contra genocidas que allegan retratadas en blanco, negro y trigueño; se hace inevitable el no acompañar la subjetiva pero comprometida cámara de Sanjinés que nos pasea por los vericuetos rurales y pre-urbanos de la injusticia que transita de ordinario el Nativo Andino. Si bien, en ciertas situaciones el aborigen traiciona su acervo desdiciéndolo o en contubernio con el extranjero travestido de ayuda humanitaria, resulta muy satisfactorio apreciar cómo pese a las adversidades el pueblo Indígena (la acuñación europea Indios resulta harto odiosa) mantiene firme su integridad. Mejor aun; el director nos extiende la invitación para que amadrinados en la invocación a Pachamama fortalezcamos la conciencia colectiva y se conteste a la afrenta de extirpación – en las mismísimas Trompas de Falopio – del espíritu propio y ancestral, que allende las montañas andinas, su eminencia Mr. Robert McNamara justificara: “Para hacer el bien, puedes tener que involucrarte en el mal”…. guácala!

Haciendo gala de actores naturales; que antes del acometimiento fílmico se mostraban bastante recelosos, Sanjinés nos confronta recreando escenas de ineluctable familiaridad: la tentativa de raponazo, la mujer que no vende sus alimentos a la extranjera, la estancia en el hospital etc. para poner de relieve toda la opresión, desarraigo, segregación racial, pérdida de identidad y alejamiento de una cosmovisión que ya no encaja con la nueva forma de comprender esa Naturaleza de antiguo tan adorada. Aspectos todos que más allá de motivar la denuncia, desembocan una lucha aun vigente y con no más ideología que la de negarse a sacrificar su cultura sin pelear.
YAWAR MALLKU tan sencilla y pletórica, traspasa el tiempo cual documento viviente con su armonía ritualista de percusión y quenas; a la vez que configura un poderoso e imperdible referente de nuestra Sociedad Latinoamericana.
Hetrigan
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