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Voto de Tricky Dick:
3
Drama Relato sobre la vida de Stalin: sus vivencias personales, políticas, sus características morales, su inexplicable frialdad pero, al mismo tiempo, su brillante capacidad de dirigir, sobre todo cuando el antiguo Imperio zarista era un caos. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2014
22 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodado en Hungría un año después de la caída de la Unión Soviética, este telefilme es un lamentable intento por contar la historia de uno de los personajes más polémicos del siglo XX, que así como liberó a Europa de las garras del fascismo también oprimió a su pueblo de maneras que hasta hoy provocan indignación. Pero más que hacernos sentir desprecio hacia el Stalin histórico, lo único que logra la cinta provocar vergüenza ajena. El guión es lo que se puede esperar cuando ha sido supervisado por Robert Conquest, un autoproclamado "sovietólogo" amigo de Reagan y la Thatcher y autor de obras como "El Gran Terror" (sobre las purgas estalinistas), "Stalin y el asesinato de Kirov" o "Qué hacer cuando vengan los rusos" (una delirante "guía" para sobrevivir en los Estados Unidos en el caso supuesto de que los comunistas se tomaran el poder). La caracterización (o más bien caricaturización) de Stalin es de pena, pues no sólo se le muestra como un paranoide sociópata que hablaba de sí mismo en tercera persona, si no que han llegado al grado de la demonización convirtiéndole en un ser vagamente humanoide gracias al ridículo maquillaje que usó Robert Duvall, que más parece haber sufrido una reacción alérgica al botox. Usar esta película para criticar la política estalinista sería como emplear la propaganda nazi para justificar el antisemitismo.

Le doy un tres por el (breve) papel de Maximilian Schell como Lenin.
Tricky Dick
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