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México México · morelia
Voto de mikealeks:
5
Drama Un adolescente con mucha creatividad sueña con salir de su pueblo natal y huir así de los recuerdos que le atemorizan de su turbulenta infancia. (FILMAFFINITY)
22 de noviembre de 2016
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ganadora en el festival internacional de cine de Toronto a mejor película canadiense es el ejemplo de un producto maquillado con estilo y aderezado con simpatía pero que bajo la superficie no soporta un mínimo análisis.

Con un concepto estético y musical que remite indudablemente al también canadiense Xavier Dolan, Stephen Dunn muestra en su ópera prima una historia sobre madurez y disfunción familiar, pero en su planteamiento inicial hay un tema mucho más profundo e interesante, relacionado con homofobia y traumas de la niñez, entre otros, sin embargo, nada logra un convencimiento o una elaboración sólida, ni en narrativa, ni en estilo, ni en guión.

El drama gira al rededor de Oscar, hijo de una familia quebrada, con un padre excéntrico y una madre que decidió huir, y que a temprana edad es testigo de un hecho violento de carácter homófobo. Más tarde, ya en su adolescencia, el joven vivirá -con un desarrollo un tanto típico- la rebeldía hacia el padre, la definición de su futuro profesional y especialmente el romance, que al igual que el descubrimiento de su propia identidad homosexual, estará marcada por aquel evento de su niñez. Hay además la inclusión de elementos oníricos y fantasiosos, que pretenden quizá ilustrar parte de la visión de la realidad por parte del protagonista en su difícil transcurso a la madurez. Y es solo quizás, ya que realmente tales detalles como el darle voz a un animal o asociar el placer sexual con fantasías terroríficas, no siempre logran una cohesión convincente, incluso llegan a ser solo distractores, dando la impresión de una trama que pierde la brújula usando recursos que parecen de más y que muy escasamente consiguen transmitir algo creíble con relación al protagonista. Oscar parece soñar y sentir mucho pero de esto se comprende poco.

Todo se desarrolla con agilidad, en un tono cálido en las escenas que lo requieren como los recuerdos y los momentos de acercamiento emocional, música electrónica que da ritmo y un notable uso de los colores, especialmente en la segunda mitad, pero con poca consistencia a lo largo de todo el metraje, asimismo con otros recursos como la cámara lenta, sin un concepto fílmico del todo concreto, pero con influencias que remiten a películas como Les amours imaginaires, y no solo en aspecto visual y sonoro. Hay un personaje que resulta prácticamente un clon de otro que aparece en el filme de Dolan, un adonis rubio sexualmente ambiguo con actitud de chico malo e intenciones inciertas al que se hacen honores con masturbación acompañada de olfateo de ropa. Aquí Dunn no esconde su inspiración, incluso empleando a Aliocha Schneider, actor que resulta ser hermano del mencionado (Niels Schneider) y de asombroso parecido, con algún par de momentos en que la situación, música e iluminación, hacen inevitable la reminiscencia.

A lo anterior se agrega a una elaboración no convincente del personaje del padre, con un arco poco creíble y actitudes escasamente justificadas. En general tal personaje sabe más a un requerimiento para generar ciertas situaciones necesarias al servicio del drama que vive el chico. En fin, un guión algo forzado, que con algo más de matices y suavizado de actitudes, podría haber tenido más credibilidad.

Casi al final, llega el momento de la catarsis en que todo el conjunto de fuerzas en juego tienen su explosión, intentando una cohesión entre los traumas, los sentimientos hacia la familia y los elementos psicológicamente simbólicos, pasando de una lógica infantil a una madurez, pero sin éxito. Aunque las reflexiones se pueden inferir, no se transmiten ni dejan un mensaje claro o un arco dramático sólido.

El estilo sin embargo, obtiene cierta efectividad. Sus fallas no chocan con el disfrute de su buen ritmo y conclusiones complacientes. Ese buen ritmo, ese tono cálido y esa temática que apela a la ineludible empatía por un niño lastimado devenido en adolescente aquejado y enamorado, se sabe capitalizar, haciendo que cierta línea dramática, pese a ser predecible, tenga simpatía y genere ligera expectación así como una leve tensión sexual. Aun así, y considerando la poca contundencia que hay de fondo, un contenido más explícito le hubiera dado al menos algo más de sazón.

Quizá podría haber sido una sencilla película de eficacia llana, pero su faceta psicológica le da una pretensión que al no lograrse, genera algo entretenido e interesante en la superficie, pero débil en su estructura.
mikealeks
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