Adaptación a imagen real de un anime bastante correcto. Pero si en su versión animada era bueno, lo que aqui se nos ofrece es una mierda con todas sus letras.

Las interpretaciones son lamentables, constando tan sólo de gente haciendo aspavientos, gañotas, miradas a cámara supuestamente evocadoras de vete a saber qué, y que provocan que uno acabe por desear masacrar a todo el elenco. Irritantes es poco decir.

Lo único que se salva de la quema son los diablos digitalizados, que parecen del todo reales. Pero para un viaje tan largo, son pocas alforjas: el metraje se dilata hasta el aburrimiento infinito y más allá, entre retóricas de todo a cien y una absoluta carencia de talento para contar una historia, y que alguien pueda llegar a comprenderla.

Tan recomendable como celebrar un cumpleaños infantil en el vestíbulo de un tanatorio.