Me encanta Spider-Man, es mi superhéroe favorito, aunque claro está que solo eso no era un indicativo de que esta película fuese a ser buena... Pero qué narices, he disfrutado como un enano viéndola, como aquel crío que se quedó boquiabierto en su momento con el Spider-Man de Sam Raimi y que desde entonces ha tenido al hombre arácnido en su corazón.

El guión puede parecer sencillo a priori si nos centramos solamente en que un superhéroe debe derrotar a un villano, pero es exactamente esa sencillez la que te explica qué son los universos paralelos, y en un momento y de una forma muy entendible ya tienes a 6 Spider-Man en pantalla, entre otros personajes.

Y qué personajes, y aunque todos tienen sus cosas, quiero destacar lo bien desarrollado que está Miles a lo largo de la película, y qué aunque te lo presenten de una forma cómica, no deja de tener profundidad, y es que han logrado captar la esencia de lo que es Spider-Man en esta película, y no solo en la cantidad de guiños que aparecen.

La banda sonora es perfecta, te embauca, te atrapa y te acompaña en la aventura de Morales de una forma increíble.

Y dejo para el final lo mejor de esta película y lo que la hace tan destacable; la pedazo de animación. Es simplemente maravillosa.

Sabía que esta película me iba a gustar porque no me puede no gustar una película de Spider-Man, pero después de esa magnífica Spider-Man 2 de Raimi, ha sido difícil ver algo tan bueno, y sentía que conforme más películas salían de este superhéroe, más se perdía su esencia. Y Spider-Man: Into the Spider-Verse ha vuelto a emocionarme como lo hice con el Spider-Man de Maguire, y aunque sí que es verdad que de una forma un tanto más comercial, me ha hecho sentir todo lo que sentí entonces.