Hay películas que no explican nada y a la vez lo explican todo, una historia que a priori puede dar cierta pereza (quien se lea la sinopsis entenderá de lo que hablo), se transforma en un relato universal que puede llegar al corazón de gente tan distante en el tiempo y el espacio como un servidor.
La narración es sensible, suave y el excelente trabajo de los actores hace que empatices completamente con lo que ocurre.
La represión propia puede ser muchas veces más dura que la externa, está claro que en Japón los valores son diferentes que aquí, pero es universal la fuerza del grupo como juez moral que impone una determinada manera de vivir, el famoso "que dirán" ha creado y crea infelicidades sin parar.