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Voto de Dexter Bernaldez:
7
2003
Josh Schwartz (Creador), Ian Toynton ...
5,6
32.247
Serie de TV. Drama. Romance
Serie de TV (2003-2007). 4 temporadas. 92 episodios. Serie de jóvenes guapos y sanos ambientada en la idílica Newport Beach, del condado Orange de California. Una serie sobre relaciones, rivalidades y traiciones entre maridos, esposas, padres, hijos y amigos.... La serie se centra en Ryan Atwood, (Benjamín Mckenzie), un cauteloso e inteligente chico de 16 años que se traslada a la rica y privilegiada comunidad de Newport Beach, y donde ... [+]
20 de noviembre de 2007
49 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
1ª Parte: El melodrama
Vistas las 3 primeras temporadas, me atrevo a responder a la pregunta planteada por toda telenovela de sobremesa que se precie: ¿Qué es el melodrama? Una serie de obstáculos, rencillas, conflictos… destinada a provocar quebraderos de cabeza en los atribulados protagonistas. Las más de las veces, no obstante, estos conflictos se resuelven por puro azar, pero también requieren una importante intervención activa por parte del interesado/s. Con ello no digo que The O.C. me parezca un vulgar culebrón; al contrario. Pero sí que es una serie indudablemente deudora de la “estructura melodramática”, compartida por un espectro enorme de obras audiovisuales, desde bodrios como "Pasión de gavilanes" hasta obras maestras como "Imitación a la vida", de Douglas Sirk.
Ejemplo: Los pilares de la tierra (libro multi-recomendado en mi entorno que no he leído ni leeré dada mi naturaleza vaga), también se basa en el mismo principio. A lo largo de casi 1.300 páginas, los personajes se devanan los sesos con problemas varios, saliendo de la sartén para caer en las llamas y viceversa. El truco es viejo, cierto, aunque de eficacia más que probada.
2º Parte: Rehaciendo mi crítica
En primer lugar, un somero vistazo a mi antigua crítica (11-10-2005):
“The O.C. destila aire fresco, energía y buen humor a raudales. No es la mejor serie del mundo (para mí, las mejores son Los Simpson y Expediente X), pero cada capítulo engancha, y tiene algunos momentos divertidísimos. A mí también me gustaría ser Seth Cohen (más que nada por la pasta, el catamarán y las chicas, jajaja).”
Veamos:
- “The O.C. destila aire fresco, energía y buen humor a raudales”. Supongo que esto podía muy bien aplicarse a la 1ª temporada, por la novedad y eso. Es un pecado afín a toda serie que con el paso del tiempo se le acaben viendo las costuras. Aunque la energía y el buen humor siguen ahí como el primer día.
- “No es la mejor serie del mundo (para mí, las mejores son Los Simpson y Expediente X)”. Evidentemente, no es la mejor serie del mundo, está claro. Pero que las movidas de estos veinteañeros que se hacen pasar por quinceañeros me sigan entreteniendo del modo en que lo hacen, tiene un mérito enorme, más cuando desprecio sistemáticamente sus equivalentes cinematográficos con forma de comedia romántica. Por cierto; a esa lista de “mejores”, encabezada por "Expediente X" y "Los Simpson", habría que añadirle la palabra "Lost".
Vistas las 3 primeras temporadas, me atrevo a responder a la pregunta planteada por toda telenovela de sobremesa que se precie: ¿Qué es el melodrama? Una serie de obstáculos, rencillas, conflictos… destinada a provocar quebraderos de cabeza en los atribulados protagonistas. Las más de las veces, no obstante, estos conflictos se resuelven por puro azar, pero también requieren una importante intervención activa por parte del interesado/s. Con ello no digo que The O.C. me parezca un vulgar culebrón; al contrario. Pero sí que es una serie indudablemente deudora de la “estructura melodramática”, compartida por un espectro enorme de obras audiovisuales, desde bodrios como "Pasión de gavilanes" hasta obras maestras como "Imitación a la vida", de Douglas Sirk.
Ejemplo: Los pilares de la tierra (libro multi-recomendado en mi entorno que no he leído ni leeré dada mi naturaleza vaga), también se basa en el mismo principio. A lo largo de casi 1.300 páginas, los personajes se devanan los sesos con problemas varios, saliendo de la sartén para caer en las llamas y viceversa. El truco es viejo, cierto, aunque de eficacia más que probada.
2º Parte: Rehaciendo mi crítica
En primer lugar, un somero vistazo a mi antigua crítica (11-10-2005):
“The O.C. destila aire fresco, energía y buen humor a raudales. No es la mejor serie del mundo (para mí, las mejores son Los Simpson y Expediente X), pero cada capítulo engancha, y tiene algunos momentos divertidísimos. A mí también me gustaría ser Seth Cohen (más que nada por la pasta, el catamarán y las chicas, jajaja).”
Veamos:
- “The O.C. destila aire fresco, energía y buen humor a raudales”. Supongo que esto podía muy bien aplicarse a la 1ª temporada, por la novedad y eso. Es un pecado afín a toda serie que con el paso del tiempo se le acaben viendo las costuras. Aunque la energía y el buen humor siguen ahí como el primer día.
- “No es la mejor serie del mundo (para mí, las mejores son Los Simpson y Expediente X)”. Evidentemente, no es la mejor serie del mundo, está claro. Pero que las movidas de estos veinteañeros que se hacen pasar por quinceañeros me sigan entreteniendo del modo en que lo hacen, tiene un mérito enorme, más cuando desprecio sistemáticamente sus equivalentes cinematográficos con forma de comedia romántica. Por cierto; a esa lista de “mejores”, encabezada por "Expediente X" y "Los Simpson", habría que añadirle la palabra "Lost".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
- “pero cada capítulo engancha, y tiene algunos momentos divertidísimos”. Argumento irrefutable, tan cierto hoy como el día en que se escribió.
- “A mí también me gustaría ser Seth Cohen (más que nada por la pasta, el catamarán y las chicas, jajaja)”. Vaya por delante: Adam Brody, un grande, y aunque todavía me gustaría ser Seth Cohen, creo que el pobre se ha vuelto más y más calzonazos con el paso de los años. La pasta sigue ahí, pero el catamarán se perdió entre la primera y la segunda temporada. Lástima. Tampoco le veo gran atractivo físico a la pizpireta y omnipresente Summer; prefiero con mucho a la rubísima Anna, una de sus ex. Pero bueno, no se puede tener todo. Habrá que conformarse con el cameo de esta guapa actriz (aunque le quedaba mejor el pelo corto) en la tercera temporada.
3ª Parte: Notas, apuntes, paranoias varias
- ¿Os habéis fijado lo desagradable que resulta ver sonreír a Ryan de oreja a oreja? Parece como si sonriera Chuache en la edición especial de "Terminator 2".
- Se entiende el fracaso absoluto de la 4ª temporada en EEUU: Si la serie tiene calidad, ello es precisamente porque toca muchos palos, porque es rica en detalles y situaciones (drogadicción, alcoholismo, folleteos varios y de todo pelaje, corrupción urbanística, amores adolescentes y maduros, lucha entre clases sociales, cómics, chistes de Seth Cohen, etc…) Una temporada más habría sido demasiado para el limitado intelecto del público americano.
- Aunque Adam Brody me parece el puto amo, tampoco está de más reconocer el mérito de Benjamin McKenzie. Su Ryan Atwood constituye la antítesis de todo lo que odio en un personaje de sus características: es introvertido, frío, reservado, callado… De puñetazo fácil, le cuesta expresar sus sentimientos y casi nunca está cuando se le necesita. Siempre llega un poco tarde, cuando el lío ya está montado. A McKenzie le llegaron a comparar (por su aspecto más que nada) con Russell Crowe, lo que consideró “un honor”. No está mal el detalle, Benjamin, pues que te comparen con Russell, es lo más cerca que vas a estar de que te comparen con DIOS.
- No soporto a Marisa Cooper. No me gusta ni el personaje, ni la actriz (Mischa Barton) que lo interpreta, más próxima a Paris Hilton que a Katharine Hepburn. De lo único que puede presumir esta chica, es de haber echado una buena pota en "El sexto sentido". Eso sí: buena, está un rato largo.
- Los escasos episodios que llevo vistos de la 4ª me han parecido muy cachondos, pero… ¿Taylor y Ryan? ¿Juntos? ¿Taylor y Ryan haciendo guareridas españolas? ¿Cómo se come eso? Por cierto, desde aquí quiero agradecer a la 2 de televisión española haber cambiado el doblaje de Seth. Si alguna vez visito sus estudios, procuraré antes abastecerme de C-4 en abundancia (nótese la ironía).
- “A mí también me gustaría ser Seth Cohen (más que nada por la pasta, el catamarán y las chicas, jajaja)”. Vaya por delante: Adam Brody, un grande, y aunque todavía me gustaría ser Seth Cohen, creo que el pobre se ha vuelto más y más calzonazos con el paso de los años. La pasta sigue ahí, pero el catamarán se perdió entre la primera y la segunda temporada. Lástima. Tampoco le veo gran atractivo físico a la pizpireta y omnipresente Summer; prefiero con mucho a la rubísima Anna, una de sus ex. Pero bueno, no se puede tener todo. Habrá que conformarse con el cameo de esta guapa actriz (aunque le quedaba mejor el pelo corto) en la tercera temporada.
3ª Parte: Notas, apuntes, paranoias varias
- ¿Os habéis fijado lo desagradable que resulta ver sonreír a Ryan de oreja a oreja? Parece como si sonriera Chuache en la edición especial de "Terminator 2".
- Se entiende el fracaso absoluto de la 4ª temporada en EEUU: Si la serie tiene calidad, ello es precisamente porque toca muchos palos, porque es rica en detalles y situaciones (drogadicción, alcoholismo, folleteos varios y de todo pelaje, corrupción urbanística, amores adolescentes y maduros, lucha entre clases sociales, cómics, chistes de Seth Cohen, etc…) Una temporada más habría sido demasiado para el limitado intelecto del público americano.
- Aunque Adam Brody me parece el puto amo, tampoco está de más reconocer el mérito de Benjamin McKenzie. Su Ryan Atwood constituye la antítesis de todo lo que odio en un personaje de sus características: es introvertido, frío, reservado, callado… De puñetazo fácil, le cuesta expresar sus sentimientos y casi nunca está cuando se le necesita. Siempre llega un poco tarde, cuando el lío ya está montado. A McKenzie le llegaron a comparar (por su aspecto más que nada) con Russell Crowe, lo que consideró “un honor”. No está mal el detalle, Benjamin, pues que te comparen con Russell, es lo más cerca que vas a estar de que te comparen con DIOS.
- No soporto a Marisa Cooper. No me gusta ni el personaje, ni la actriz (Mischa Barton) que lo interpreta, más próxima a Paris Hilton que a Katharine Hepburn. De lo único que puede presumir esta chica, es de haber echado una buena pota en "El sexto sentido". Eso sí: buena, está un rato largo.
- Los escasos episodios que llevo vistos de la 4ª me han parecido muy cachondos, pero… ¿Taylor y Ryan? ¿Juntos? ¿Taylor y Ryan haciendo guareridas españolas? ¿Cómo se come eso? Por cierto, desde aquí quiero agradecer a la 2 de televisión española haber cambiado el doblaje de Seth. Si alguna vez visito sus estudios, procuraré antes abastecerme de C-4 en abundancia (nótese la ironía).